¡Resiste Polonia!
Por gracia de Dios, he podido estar siete días en Cracovia y me voy muy contento, y con ese grito en el corazón. Han sido días, humana y sobrenaturalmente, del todo especiales. Compartimos mucho con quien fuera “mi” novicio –ya ahora todo un sacerdote–, el p. Bernardo Ibarra, sin el cual esta visita no hubiera sido posible; caridades y más caridades de su parte, nos hemos reído mucho y también conversado de muchos temas muy enriquecedores. Y claro, hemos peregrinado a casi todos lados juntos, lo cual, además de lo que facilita en un lugar así alguien que hable el…