Porque no eres frío ni caliente

Estamos ante una de las frases más fuertes de la Escritura; Jesús, que aparece como el Amén, Testigo fiel y veraz, dice: Porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Copiemos la cita entera para mayor claridad: Conozco tu conducta: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Ahora bien, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. (Ap 3,15-16) Por frío se entiende obviamente el que está en pecado o lejos de una vida espiritual seria; por caliente, todo lo contrario, quien lleva una vida fervorosa; por tibio, de…

Leer más…

O tempora, o mores!

Esta exclamación, que podría traducirse como “¡Oh tiempos, oh costumbres!” es del célebre orador Cicerón (106-43 a.C.), quien se indignaba por la decadencia de las costumbres de su tiempo. Cambiando lo que haya que cambiar, esta expresión puede ser aplicada perfectamente a la realidad que nos circunda. No se trata, por supuesto, de un lúgubre e infecundo pesimismo, sino de mantener despierto el Sentido del escándalo, como lo hacía notar, no pocas veces el P. Hurtado, aplicándolo puntualmente al ámbito social: “Este estudio de nuestra doctrina social ha de despertar en nosotros, antes que nada, un sentido social hondo y,…

Leer más…

¡Por gracia habéis sido salvados!

Siendo aún novicio, el 28 de diciembre de 1999, fiesta de los Santos Inocentes, un sacerdote hizo un breve comentario de cómo estos santos habían llegado a ser tales (¡y mártires además!) sin poner nada de su parte, ya que habían dado la sangre por Cristo faltándoles el uso de razón; y agregó que, en definitiva, todos somos salvados de la misma manera, es decir por gracia, gratuitamente. Aclaró también que si nos parecía que había algo de injusticia en esto, en definitiva no estábamos entendiendo la redención. Efectivamente a mí no me era sencillo en ese momento comprender esa…

Leer más…