La amorosa impaciencia

Hace unos días un joven de la parroquia me comentó que estudiaría algo referente a la atención de personas en accidentes múltiples, y si bien es cierto que la especificidad de los estudios se va haciendo cada vez más específica –valga la redundancia– sin embargo, nunca se me hubiera ocurrido que existiera tal especialidad. Por supuesto que no tiene nada de malo y si llegase a accidentarme estaría agradecido de una buena atención. De todos modos, lo que pensé en ese momento es que realmente el mundo está patas para arriba… tanto tiempo, recurso, desgaste, dinero, cursos y mil etcéteras…

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