Nunca tan Madre como en Caná
La Santísima Virgen, al engendrar en su seno virginal al Hijo de Dios, cabeza de la Iglesia, también concibió, en el mismo momento, al resto del Cuerpo Místico que somos todos los bautizados, hijos de Dios e hijos de María, y en ambos casos “hijos en el Hijo”. Si bien, entonces, María es nuestra Madre desde la Encarnación, no hay pasaje en el Evangelio donde quede esto mejor reflejado que en la Cruz, donde el Señor lo hace manifiesto con aquel he ahí a tu hijo… he ahí a tu madre (Jn 19,27). De todos modos, en el pasaje que…