¡Cuidado! ¡nos invaden!

Es conocido el episodio vivido en Estados Unidos en otoño de 1938 cuando el actor y futuro director de cine Orson Welles, adaptando la novela británica “La guerra de los mundos” y acompañado por la compañía teatral que él mismo dirigía, dramatizó por radio una invasión de marcianos, que se transformó probablemente en los 59 minutos más famosos de la historia en el mundo radiofónico. Así, en plena víspera de Halloween, comenzó el relato: “Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles una noticia de último minuto procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor Farrel del Observatorio…

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¿Qué le gusta a un sacerdote…?

Los niños nunca dejan de asombrarnos y más de una vez aprendemos de ellos, o más bien, Dios nos enseña usándolos a ellos ya que, por no haber manchado su vida con el pecado, reflejan más fácilmente la sabiduría divina y pueden decir en pocas palabras muchas cosas y muy profundas. Esto fue lo que me ocurrió hace unos días cuando al ir a visitar a una familia amiga, ni bien llegar, la dueña de casa me entregó un sencillo dibujo hecho por el mayor de sus hijos, Marcos, a lo cual acompañó el diálogo que tuvo con él antes…

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La amorosa impaciencia

Hace unos días un joven de la parroquia me comentó que estudiaría algo referente a la atención de personas en accidentes múltiples, y si bien es cierto que la especificidad de los estudios se va haciendo cada vez más específica –valga la redundancia– sin embargo, nunca se me hubiera ocurrido que existiera tal especialidad. Por supuesto que no tiene nada de malo y si llegase a accidentarme estaría agradecido de una buena atención. De todos modos, lo que pensé en ese momento es que realmente el mundo está patas para arriba… tanto tiempo, recurso, desgaste, dinero, cursos y mil etcéteras…

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Actualidad de San Ignacio y los Ejercicios

Santos con misiones especiales Santos, en sentido estricto, son todos aquellos que han llegado a la perfección de la caridad –¡a lo que apuntamos!, de los cuales algunos la providencia divina –con la colaboración de la libertad humana– ha querido que sean elevados al honor de los altares. Y así como cada uno de nosotros es único e irrepetible, cada santo es una “obra maestra” de Dios, también única e irrepetible y, como decía Benedicto XVI, nunca tienen ocaso[1] por ser íconos vivos de Aquel “que es, que era y que vendrá” (Ap 1,8). Al no tener ocaso, el legado…

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San Ignacio y la Eucaristía

No hay duda que de todo Santo se puede afirmar aquello que Juan Pablo II aplica a la Iglesia, es decir, que vive de la Eucaristía[1], porque todo Santo vive de Jesús, y Jesús no solo está, sino que  es la Eucaristía. Así y todo, en algunos de estos campeones de la vida del espíritu, encontramos ciertas notas particulares, sobresalientes, tanto en lo personal como en su obra apostólica, en relación al Augusto Sacramento. Creemos que uno de esos casos es el del Santo de Loyola, bastaría para convencernos leer algunos de los varios libros que se han escrito al…

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¡Bendita bombarda!

Aquel francés que hace 500 años, el 20 de mayo de 1521, cargara lo que se conoce como el arma de fuego portátil más antigua, la bombarda, nada pudo imaginar la trascendencia de lo que estaba haciendo. Quien recibiera ese tiro de cañón, un tal Iñigo de Loyola, hablando en tercera persona, así lo relata en su autobiografía: “…y después de durar un buen rato la batería, le acertó a él una bombarda en una pierna, quebrándosela toda; y porque la pelota pasó por entrambas las piernas, también la otra fue mal herida”[1]. Toda Pamplona estaba ya en manos de…

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La Divina Misericordia

En nuestro pensar y meditar sobre Dios, en Dios y para Dios, no debemos olvidar aquello de santo Tomás: “En esta vida tanto más perfectamente conocemos a Dios, cuanto mejor entendemos que sobrepasa toda capacidad intelectual”[1]. Por eso no es aventurado pensar que, si conociésemos más a Dios, lo amaríamos más, e incluso llegaríamos a las locuras de amor de los santos, que no son otra cosa que un conocer más profundo cuánto nos ama el Señor y hacer todo lo posible para devolver “algo” al menos –casi nada en comparación– de tanto bien recibido y hacer lo posible para…

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