¿Convertido yo?

En Adviento –como en Cuaresma– nuestra madre la Iglesia nos invita de manera especial a la conversión. Convertirse es “cambiar de mente” (metanoia, en griego) que también implica, por supuesto, cambiar el corazón y con ello cambiar nuestros actos y todo lo demás, es decir, se trata de un cambio radical. Pero ¿tengo yo que convertirme? ¿Acaso si estoy leyendo estas líneas no es porque amo a Dios, voy a Misa, etc.? Si tomamos “conversión” según aquello de Isaías (31,6): ¡Convertíos a Aquel de quien os habéis alejado tanto!, probablemente sí, estemos convertidos; pero también “La conversión, en la profundidad…

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Beata «Mama Antula»

“Quisiéramos tener la pluma de alguno de los grandes de la literatura para presentar como corresponde la figura de esta mujer tan extraordinaria, que aún hoy nos asombra por sus hazañas, una mujer de la madeja de Isabel la Católica y de Santa Teresa, gloria de nuestra Patria”[1]. Así comienza el P. Alfredo Sáenz la reseña que hace de María Antonia de Paz y Figueroa en su libro “La Ascensión y la Marcha”. Habiendo sido beatificada el año pasado a pocos kilómetros de donde me encuentro[2], y siendo hoy 7 de marzo su fiesta, no quería dejar pasar la oportunidad…

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Por qué hacer Ejercicios Espirituales

Publico este sencillo artículo que saliera en la Revista Diálogo n. 37 (año 2004). Lo hago en honor de dos grandes apóstoles de los Ejercicios Espirituales en Argentina a quien ya en ese entonces tenía devoción: el Cura Brochero, primer santo argentino que nació y murió en nuestro país, quien será canonizado el próximo 16 de octubre 2016, y la «Mama Antula», beatificada el 27 de agosto pasado. No pretendemos, en este breve escrito, exponer lo provechoso que es dedicar un tiempo de nuestra vida a la oración y al retiro, sino el demostrar cuán preeminente es la ubicación, que…

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Un mes completo para Dios

«Si por todas partes y por todas las clases de la sociedad cristiana se difundieren y diligentemente se practicaren los Ejercicios espirituales, seguirá una regeneración espiritual; se fomentará la piedad, se robustecerán las energías religiosas, se extenderá el fructífero ministerio apostólico y, finalmente, reinará la paz en los individuos y en la sociedad.» Pío XII «El libro ignaciano ha operado más conversiones que letras contiene.» San Francisco de Sales (+1622) «Los Ejercicios son uno de los libros más venerables salidos de manos de hombres porque si la Imitación de Cristo ha enjugado más lágrimas, los Ejercicios han producido más conversiones y…

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Nos autem sperabamus…

Nuestro Señor, como lo afirma Santo Tomás en la introducción a la tercera parte de la Suma Teológica, ha “demostrado en sí mismo el camino de la verdad (viam veritatis), por el cual resucitando pudiésemos llegar a la beatitud eterna”, de ahí, sigue el angélico, que es necesario considerar acerca de la vida del Salvador y sus beneficios”. No hay pensamiento, ni palabra, ni obra, ni gesto, ni mirada, ni sentimiento de Nuestro Señor, que no sea para nosotros regla de vida –“¡Cristo es nuestra vida!” dirá el Papa Francisco[1]– y, por supuesto, regla de vida feliz: “Nadie fuera de…

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Al desierto…

Al límite del horario escribo a mano alzada este post en orden a “despedirme” por un mes del ciberespacio, para internarme en ese “milagro” del que hablábamos casi un año atrás[1]: los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estaremos en esta palestra 8 sacerdotes, 19 novicios y 1 laico (¡como para que nos encomienden!). Hacer Ejercicios es como ir al desierto… El llamado a este inhóspito sitio resuena a lo largo de la historia de la salvación. En el desierto Israel encontró por primera vez a Dios, allí fue Moisés conduciendo sus rebaños, y en una zarza ardiente se…

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Identificando al enemigo

Luego del “quiero ser santo” traducido como “quiero hacer la voluntad de Dios”, es necesario visualizar con claridad al enemigo. Estamos en un combate (Job 7,1), y no hay combate sin adversario, y no hay adversario capaz de ser vencido sino es conocido: “Lo que posibilita a un gobierno inteligente y a un mando militar sabio vencer a los demás y lograr triunfos extraordinarios es la información previa”[1]. (Sun Tzu) Tradicionalmente se conocen tres enemigos de nuestra santidad: el demonio, el mundo y la carne. Ésta es una verdad de perogrullo que no caduca a pesar de los años –en…

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¡Fiat voluntas tua!

Hablábamos en el post anterior del deseo de la santidad, de la importancia de querer realmente alcanzarla y de cómo Dios es el primer interesado en que lleguemos a ella. Podría alguno, sin embargo, quedarse con una idea un tanto vaga de lo que implica llegar a esa meta; decir, entonces, un “sí, quiero ser santo” pero con una idea de la santidad demasiado etérea, volátil, inaferrable y, por tanto –finalmente– inalcanzable. Demos, entonces, un paso más, y digamos con San Juan Pablo Magno “¿Qué es la santidad? Es precisamente la alegría de hacer la Voluntad de Dios”[1]. Este “conformar…

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