Señor: ¡Que no se diga!

Que no se diga, Señor, que los tiempos son tan malos que ya no hay lugar para los santos… Que no se diga que el mundo está tan agresivo, que ya no se lo puede vencer, o que la carne está tan exacerbada que no se la puede parar, o que el demonio “anda suelto” y ya no se lo puede esquivar… Que no se diga, Señor, que una buena familia –numerosa, unida, católica– no se puede formar, que un buen religioso –pobre, casto y obediente– ya no se puede hallar, o que un “verdadero” joven –puro, piadoso, leal– no…

Leer más…

El llanto del misionero

Durante el tiempo de formación en el Seminario se tiene la gracia de recibir muchas visitas de misioneros que van contando sus experiencias; a veces incluso los hemos podido ver dos y hasta tres veces, totalmente admirados de que entre una visita y otra haya pasado un considerable tiempo de al menos dos años. Pero para los que han vivido en La Finca –como en muchas otras de nuestras casas– es sabido que el tiempo corre “de otro modo”, tiene una “velocidad propia”, distinta al de otros lugares…, pero ¿acaso no tiene el día en La Finca 24hs? Sí, por…

Leer más…