Barajar y dar de nuevo

Barajar y dar de nuevo

Junto a otros 12 sacerdotes y 3 hermanos acabamos de terminar nuestros Ejercicios Espirituales anuales y han sido, para decirlo en fácil y corto, un barajar y dar de nuevo.

No importa cuántas tandas de Ejercicios hayamos hecho o predicado; en mi caso, por gracia de Dios, esa suma da… ¡más de año y medio! O sea, en retiro, de mes, de 5 o 3 días, he impartido o hecho Ejercicios Espirituales durante unos 600 días, y por supuesto que no cuento en esto los Ejercicios Espirituales en la vida cotidiana dados por internet.

Y con tantos Ejercicios hechos y dados en más de 25 años ¿Se puede acaso seguir aprovechando? ¿Puede encontrarse algo nuevo, por ejemplo, en la meditación del Principio y Fundamento que consta de un solo párrafo y que solamente en Ejercicios de mes (hechos o impartidos) la he meditado o predicado durante unos 50 días? Con sus más y sus menso podríamos preguntarnos lo mismo de cada una de las meditaciones… las del pecado, de los novísimos, de la llamada del Rey eterno, Dos banderas, Tres binarios…

Y la respuesta es un claro, firme y rotuno ¡Sí!

¡Sí! se pueden seguir aprovechando, y mucho… ¡Sí! siempre encontramos cosas nuevas, o las mismas, pero más profundas, o ya olvidadas y en nuevas circunstancias… y justamente por eso todo suena a nuevo, como venido de Aquel que hace nuevas todas las cosas (cf. Ap 21,5).

¡Sí! siempre los Ejercicios nos sorprenden y nos dan nuevos bríos… ¡de eso no nos cabe la menor duda! Siempre los Ejercicios nos hacen terminar con la sensación de barajar y dar de nuevo, es decir, con esas ganas y fuerza –que descienden de lo alto, sin duda– para volver a intentar, una y otra vez, cumplir los propósitos que quizás hace años que venimos trabajando sin mayor éxito, o al menos no los esperados. Nos contaba el padre que nos dio los Ejercicios –que, dicho sea de paso, lo hizo muy bien y le estamos muy agradecidos– que San Juan XXIII desde que se ordenó sacerdote, todos los años se proponía mejorar en la virtud de la paciencia (está anotado en su cuaderno personal), es decir, una y otra y otra vez se lo propuso, y examinó… y vio que tenía que mejorar, y se lo volvió a proponer… y así… ¡Durante 59 años!… ¿Dio fruto su trabajo? ¿Acaso no es un fracaso total y absoluto proponerse más de medio siglo lo mismo? Y resulta que, además de Santo, se lo conoce como “el Papa bueno”…

Y ¿por qué los Ejercicios nos hacen barajar y dar de nuevo? Ya lo hemos dicho de varias maneras[1] pero solo recuerdo que estamos ante una obra más divina que humana y con gracias muy propias y especiales, y apelo en este caso, más que a citas de Santos y Papas, a la experiencia personal, y de la talla de los sentimientos, pero de esos que calan hondo… ¿Por qué podemos afirmar que dan esos frutos los Ejercicios? Porque… ¡¡así nos sentimos al terminarlos!!

Y para decirlo con palabras más profundas y evangélicas, este barajar y dar de nuevo es un impulso que viene del Señor a “Navegar mar adentro y echar las redes”. Aunque hayamos bregado años con quizás escasos frutos… Aunque nuestros brazos estén cansados y nuestros ánimos por el suelo… aunque humanamente no podamos más… y el “sentido común” (demasiado humano muchas veces) nos vocee a gritos que no vale la pena intentarlo … Nos queda un haz bajo la manga… un último recurso, que debió ser el primero, una escaramuza que dejará engañado al Engañador…

Dejemos que la fuerza del Eterno con su Sacratísima e inconfundible Voz inunde e inflame nuestro corazón y por Él… solo por Él, digamos con San Pedro: “¡En tu nombre Señor!”… ¡Sí, sí!… en nombre del Señor Jesús, el Dios con nosotros, el Infinito hecho presente en nuestra pequeñez, el Señor y Dueño de la historia, el Todopoderoso… Ante quien se postrarán todas las naciones… el Rey de Reyes y Señor de Señores… el Verbo Encarnado… todo Dios y todo hombre… infinito en su trascendencia y más íntimo a nosotros que nuestra misma intimidad…

¡En tu nombre Señor!… aunque se desgarren mis músculos al intentarlo, aunque ya no sepa por donde avanzar, aunque las olas arrecien bravíamente, aunque caiga exhausto de fuerzas y no haya motivo humano para volver a intentarlo…

Aunque mis pasadas caídas solo hablen de futuras derrotas, aunque parezca que en el mundo ya no hay verdad firme ni bien duradero, aunque cada vez parezcamos menos y más locos… aunque en esto se me vaya la vida… ¡En tu nombre Señor! Una y mil veces… y por ser en tu benditísimo Nombre, es decir, porque Tú lo quieres, Tú lo pides, porque son Tus santos deseos y, sobre todo… porque Tú mismo lo harás en mí –y en todos los que así también lo quieran–… por todo eso y sólo por eso Señor… ¡Navegaré mar adentro y echaré las redes!… Lo demás… queda en Tus omnipotentes manos… no podría haber mayor seguridad de éxito.

––

Por si fuera poco, tuvimos la gracia de hacer los Ejercicios en nuestro monasterio del Pueyo, compartiendo con nuestros hermanos contemplativos la solemne liturgia y recibiendo una y otra vez de sus caridades. Y desde el altar los restos de los 18 mártires, a incontestables y celestiales gritos, nos decían lo que otrora el buen ángel le inspiró a San Ignacio: “nosotros pudimos… ¿por qué vosotros no?”…

 

 

 

 

 

 

 

 

Realmente no podemos más que agradecer a Dios y a nuestra querida Congre, empezando por nuestro fundador, el P. Carlos M. Buela, por habernos inculcado hasta lo más profundo, la grandeza de los santos Ejercicios en la mayor fidelidad a su creador y celestial patrono, San Ignacio de Loyola.

Dulce y Dueña del lugar, nos miraba desde lo alto del retablo Nuestra Señora del Pueyo. Ella, hace casi mil años pidió a San Balandrán que se edificase allí un templo en su honor. Durante estos días de retiro no dejó de mirarnos… mirada atenta, solícita, protectora y tierna como la de la mejor de las madres, pero a su vez, mirada profunda, firme y penetrante, que evocaba fortalezas sobrehumanas vividas al pie de la Cruz e invitaba a darlo todo repitiéndonos: haced lo que Él os diga.

 

 

[1] Puede leerse esto; y verse: esto o esto.

8 comentarios:

  1. Gracias Padre!!

  2. Agradezco Padre Gustavo su fidelidad, tenacidad, y perseverancia en su entrega ministerial y apostólica, qué tanto enriquece y nutre mi espíritu y el de tantos…
    Para Gloria de Dios y salvación de las almas.
    Nuestra Madre Santísima lo cubra y guarde bajo su manto.

  3. Angélica Riquelme

    Emociona hasta las lágrimas tu testimonio Padre. Bendito sea Dios!!!!

  4. Maria Ines Groppi

    Gracias,padre Lombardo. Dios lo bendiga, con más frutos siempre para su fidelidad. Si quería renovar los Ejercicios este noviembre,ahora más que nunca.Me hace mucho bien sus palabras sobre s. Juan XXlll y la paciencia,mi constante lucha.Maria Ines.

  5. Hola! He realizado Ejercicios Espirituales cada año en Manresa durante un poco más de 30 años. También he estado en equipos. La Gloria de Dios siempre se ha manifestado en forma diferente y nueva. También en mis apuntes espirituales he repetido muchas veces los mismos propósitos. Y ahora, pasados los 80…veo que la Unión con Dios en el Amor está más consolidada. Gracias por el testimonio. También mi experiencia ha sido ardua, larga, pero esperanzadora. Maria me espera al final con su Hijo, quedan pocas cuadras. Llegaré al final del camino y en el Encuentro final, rezaré por ustedes jóvenes sacerdotes que han dado tanto de sí a sus ovejas…Gracias y bendiciones!!

  6. WOW! P. Gustavo, muchísimas gracias por este testimonio que llega y enriquece. Gracias por su entrega para la salvación de las almas, a la mayor Gloria de Dios. Seguimos remando Mar Adentro y en el nombre del Señor echaremos las redes. Dios le dé fuerzas y las gracias que más necesite, lo colme de bendiciones para que siga con amor y éxito en su misión. Ave María y adelante!

  7. Muchas gracias Padre Gustavo.
    En unión de Oraciones. Gracias por todo.
    La Sra del Pilar

  8. Por la gracia de Dios empecé hoy los ejercicios en forma virtual. Llegó a mi por su misericordia. Confiando en Dios que me transforma con pequeños detalles y de maneras sorpresivas!

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