¡Haberlo sabido antes…!

Más o menos a los 14 años comencé a ir a alguna Misa durante la semana –además de la dominical; no entendía en profundidad de qué se trataba pero sin duda la consideraba una muy buena manera de rezar. Visto en perspectiva, puedo dilucidar en esto un signo de mi vocación. Poco tiempo después, llegó a mis manos un pequeño libro de San Leonardo de Porto Mauricio titulado “El tesoro escondido de la Santa Misa”. No he vuelto a leerlo, por lo cual no recuerdo mucho el contenido, pero sí la tesis principal, la idea que el autor de un modo…

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¿Qué dicen de mí?…

Un alimento muy preciado, un verdadero bocatto di cardinale de nuestro “monstruo yo” que ya mencionamos, es la opinión de los demás sobre cada uno de nosotros, o sea qué opinan de “mí”… sí, otra vez este pronombre personal sale a nuestro encuentro… Es increíble lo condicionados que estamos con lo que piensen, opinen, digan o escriban sobre nuestras personas… Al comenzar estas líneas siento cierto nerviosismo… algo habrá… El respeto humano, el vano honor del mundo, el «qué dirán»… creaturas tan al borde del “no ser” que ni siquiera a veces pueden verse/sentirse/tocarse… un pensamiento, unas letras, un sonido…

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No es más que vino

–        ¿Qué hay en el cáliz? –        Vino. –        ¿Sólo vino?, ¡si se le acaba de agregar agua!… Esto sucede en cada Santa Misa: el sacerdote, antes de la consagración, luego de colocar en el cáliz el vino, agrega algunas gotas de agua. Gotas de agua que ni bien se mezclan con el vino, ya no se ven, se disuelven, se pierden, se transforman, se anonadan… Esta acción litúrgica tiene varios significados, y uno de los principales, es nuestra entrega en manos del Creador: así como esa agua deja de ser tal para ser vino, así el alma se debe…

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Si sólo tuviera una oportunidad…

Si Nuestro Señor Jesucristo se me apareciera en algún momento de mi vida y, cuál otro Genio de la lámpara, me diera la oportunidad de hacerle una sola petición y me concediera un solo deseo… ¿Qué le pediría? No le pediría un milagro, ya que sabemos que en los milagros que hizo en Su Vida terrena, tenía una ulterior intención y ésta era la conversión mediante la fe; en todo caso tendría que pedirle esto último que es lo más importante. Tampoco pediría dinero, ni salud, ni vida larga, ni… cualquier otra de esas migajas de felicidad que son las…

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En manos de Dios

Pasado… presente… futuro… Para quienes vivimos en el continuo rodar de las horas, o sea para quienes no participamos ni de la eternidad de Dios ni de esa atemporalidad de los ángeles; para nosotros, mortales peregrinos de este mundo, estas tres palabras tienen un significado demasiado profundo… Se dice que para poder conocer y juzgar una cosa, situación o persona, hace falta tomar cierta distancia de ella, teniendo en cuenta matices que la cercanía no deja percibir (como quien ve una pintura muy de cerca) para lograr así una visión de conjunto. Es así que para juzgar al hombre, más…

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Una Mirada…

Nadie puede dudar que existe el lenguaje de los gestos, que por no ser audible pasa a veces desapercibido – al menos para algunos – pero que de suyo no deja de ser muy expresivo y permite trasmitir cosas que muchas veces las palabras no tienen la capacidad de hacerlo. Entre ellos quizás el más significativo sea la mirada… ¡cuánto dice una mirada! La expresión de los ojos transmite lo que hay dentro del corazón, y así, puede humillar, herir, avergonzar, hacer titubear; pero si  está llena amor ¡qué bien que hace! Pensemos en un niño que estando solo quizás…

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Que los traicione el corazón…

(Carta escrita a los novicios, antes de su primera profesión) Queridos “quasi” profesos: Hubiera querido poder escribirles estas líneas con un poco más de tiempo, pero no me ha sido posible. Así y todo les envío la idea, el fondo, aunque la forma no sea la mejor que podría haber sido. Mañana hacen su primera profesión!! Inolvidable momento para todo religioso… recuerdo muy bien aquel 25 de marzo del 2000 cuando fue mi turno… Estuvimos juntos un año para que ustedes mostraran a la Iglesia, al Instituto, y a ustedes mismos, que son capaces de prometerle a Dios ser castos,…

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Ver «detrás»

Para conocer la realidad Dios nos ha regalado los 5 sentidos y la razón, la cual nos permite conocer las cosas tal cual son, aferrarlas, hacerlas nuestras. Todo esto es muy bueno pero no alcanza… no alcanza para explicar toda la realidad, no alcanza para dar pleno sentido a nuestra vida, no alcanza para ser felices… Dios agregó algo más a nuestro modo de conocer: la fe, que en lugar de quitarnos fuerzas para poder pensar, nos potencia, nos aumenta, nos agiganta la capacidad de inteligir y conocer la realidad. Si alguien quiere estudiar los astros tendrá que utilizar, además…

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¡Aguante La Finca!

No es raro escuchar en ambientes eclesiásticos que el Seminario es “un trago amargo que hay que tolerar” para llegar al sacerdocio. Cuando uno escucha esto agradece a Dios por haber sido formado en “La Finca” (así llamamos a nuestro Seminario religioso de San Rafael, Argentina, donde pudimos vivir totalmente lo contrario). Por esas cosas de la Providencia me tocó vivir en La Finca durante ocho años (seis como seminarista y dos como formador). Nunca antes había estado en un mismo lugar tanto tiempo (por cambio de casas, pueblos, etc.) y puedo decir con toda verdad, sin quitarle en absoluto…

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Señor: ¡Que no se diga!

Que no se diga, Señor, que los tiempos son tan malos que ya no hay lugar para los santos… Que no se diga que el mundo está tan agresivo, que ya no se lo puede vencer, o que la carne está tan exacerbada que no se la puede parar, o que el demonio “anda suelto” y ya no se lo puede esquivar… Que no se diga, Señor, que una buena familia –numerosa, unida, católica– no se puede formar, que un buen religioso –pobre, casto y obediente– ya no se puede hallar, o que un “verdadero” joven –puro, piadoso, leal– no…

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