Nuevos Irenismos
Más allá de las sensibilidades, salvo en algún caso rayano a lo patológico, no creo que exista persona alguna a quien le guste tener enemigos. Sentir el odio de otra persona o la mera oposición es muy poco agradable y, justamente por eso, algo a lo que naturalmente se le esquiva. Sería hermoso, por otro lado, vivir en una paz absoluta y total, sin ninguna contrariedad con ningún ser humano que pise esta tierra. ¡Sí!, sería hermoso, pero tan hermoso como utópico. Hubiera sido lindo que Adán y Eva no se encontraran al maligno por ahí y los tentara, pero…