¿Para qué lo hacemos?

En nuestro obrar siempre existe un para qué… un proyecto planeado y pensado tiene siempre un objetivo determinado, pero también una simple acción cotidiana, no se realiza sin focalizar un fin concreto. Incluso este para qué muchas veces podría preguntarse de manera más acertada con un para quién. En el post “Quiero ser santo” decíamos: “Enseña la filosofía que la “causa final” es la primera en la intención y la última en la ejecución. Primero me decido a alcanzar tal o cual objetivo/fin, y luego, entonces, pongo en marcha toda la serie de medios y disposiciones necesarias para llegar a…

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La última carta

Viejito querido: entre lágrimas te escribo estas últimas líneas que hace tiempo que vengo pensando enviarte. Lloro lo que no lloré ni en tu enfermedad ni en tu muerte, porque lo que lloro no sé bien lo que es… Cada vez que pensaba en estas líneas lagrimeaba como ahora… lloro de alegría, lloro de agradecimiento, lloro por haber tenido un papá como vos. Agradezco a Dios el no haberte enviado estás líneas mientras estabas entre nosotros, porque estoy seguro que no las ibas a aceptar… como aquella vez, hace algunos años, que te escribí diciéndote que te agradecía porque siendo mi…

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Nos autem sperabamus…

Nuestro Señor, como lo afirma Santo Tomás en la introducción a la tercera parte de la Suma Teológica, ha “demostrado en sí mismo el camino de la verdad (viam veritatis), por el cual resucitando pudiésemos llegar a la beatitud eterna”, de ahí, sigue el angélico, que es necesario considerar acerca de la vida del Salvador y sus beneficios”. No hay pensamiento, ni palabra, ni obra, ni gesto, ni mirada, ni sentimiento de Nuestro Señor, que no sea para nosotros regla de vida –“¡Cristo es nuestra vida!” dirá el Papa Francisco[1]– y, por supuesto, regla de vida feliz: “Nadie fuera de…

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…sabréis que Yo Soy

Nos relata el evangelista san Juan que en uno de esos intentos del Señor de testimoniar quién era Él ante los incrédulos fariseos, luego de varias pruebas rechazadas por quienes no querían creer, afirmó lo siguiente: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces sabréis que Yo Soy (Jn 8,28). Por supuesto que los interlocutores no entendieron lo que significaba esa aseveración; pero nosotros, gracias al don de la fe, sí logramos comprender, al menos en parte, esas profundas y reveladoras palabras: el Señor dijo que cuando fuese crucificado, se manifestaría de modo particular y más pleno su divinidad, ya…

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«Por mí»

No dejan de asombrarme los distintos, por llamarlo de algún modo, “niveles” de profundidad, extensión, longitud, y también firmeza, trabazón, solidez, y cuantos otros adjetivos se le quiera poner, a las cosas que conocemos, es decir, a las verdades que tenemos fijas, o no tanto, en nuestro entendimiento y amamos, o no tanto… De este hecho proviene la importancia de la meditación y está también en la base de los Ejercicios Espirituales. Probablemente no aprendamos muchas cosas nuevas haciendo Ejercicios –sobre todo si hemos hecho otros durante nuestra vida– pero sin duda que las entenderemos de otro modo, el cual…

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Cuaresma: más y mejor

Dios sigue siendo el mismo, y así también el Evangelio y nuestra naturaleza caída. Sin embargo, no se vive igual la vida cristiana ahora, a comienzos del siglo XXI, que hace 5 siglos atrás. Es cierto, hay un sano aggiornamiento, ese que buscaba san Juan XXIII con el Concilio Vaticano II, pero hay otras cosas que no dejan de ser parte de “la dimensión pagana de la cultura que vivimos”[1] como afirmaba el entonces Cardenal Bergoglio a los sacerdotes y consagrados de su arquidiócesis. En este sentido es erróneo afirmar que la penitencia ya es algo del pasado, que ya…

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Al desierto…

Al límite del horario escribo a mano alzada este post en orden a “despedirme” por un mes del ciberespacio, para internarme en ese “milagro” del que hablábamos casi un año atrás[1]: los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Estaremos en esta palestra 8 sacerdotes, 19 novicios y 1 laico (¡como para que nos encomienden!). Hacer Ejercicios es como ir al desierto… El llamado a este inhóspito sitio resuena a lo largo de la historia de la salvación. En el desierto Israel encontró por primera vez a Dios, allí fue Moisés conduciendo sus rebaños, y en una zarza ardiente se…

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