Que los traicione el corazón…

(Carta escrita a los novicios, antes de su primera profesión) Queridos “quasi” profesos: Hubiera querido poder escribirles estas líneas con un poco más de tiempo, pero no me ha sido posible. Así y todo les envío la idea, el fondo, aunque la forma no sea la mejor que podría haber sido. Mañana hacen su primera profesión!! Inolvidable momento para todo religioso… recuerdo muy bien aquel 25 de marzo del 2000 cuando fue mi turno… Estuvimos juntos un año para que ustedes mostraran a la Iglesia, al Instituto, y a ustedes mismos, que son capaces de prometerle a Dios ser castos,…

Leer más…

Ver «detrás»

Para conocer la realidad Dios nos ha regalado los 5 sentidos y la razón, la cual nos permite conocer las cosas tal cual son, aferrarlas, hacerlas nuestras. Todo esto es muy bueno pero no alcanza… no alcanza para explicar toda la realidad, no alcanza para dar pleno sentido a nuestra vida, no alcanza para ser felices… Dios agregó algo más a nuestro modo de conocer: la fe, que en lugar de quitarnos fuerzas para poder pensar, nos potencia, nos aumenta, nos agiganta la capacidad de inteligir y conocer la realidad. Si alguien quiere estudiar los astros tendrá que utilizar, además…

Leer más…

¡Aguante La Finca!

No es raro escuchar en ambientes eclesiásticos que el Seminario es “un trago amargo que hay que tolerar” para llegar al sacerdocio. Cuando uno escucha esto agradece a Dios por haber sido formado en “La Finca” (así llamamos a nuestro Seminario religioso de San Rafael, Argentina, donde pudimos vivir totalmente lo contrario). Por esas cosas de la Providencia me tocó vivir en La Finca durante ocho años (seis como seminarista y dos como formador). Nunca antes había estado en un mismo lugar tanto tiempo (por cambio de casas, pueblos, etc.) y puedo decir con toda verdad, sin quitarle en absoluto…

Leer más…

Señor: ¡Que no se diga!

Que no se diga, Señor, que los tiempos son tan malos que ya no hay lugar para los santos… Que no se diga que el mundo está tan agresivo, que ya no se lo puede vencer, o que la carne está tan exacerbada que no se la puede parar, o que el demonio “anda suelto” y ya no se lo puede esquivar… Que no se diga, Señor, que una buena familia –numerosa, unida, católica– no se puede formar, que un buen religioso –pobre, casto y obediente– ya no se puede hallar, o que un “verdadero” joven –puro, piadoso, leal– no…

Leer más…

El llanto del misionero

Durante el tiempo de formación en el Seminario se tiene la gracia de recibir muchas visitas de misioneros que van contando sus experiencias; a veces incluso los hemos podido ver dos y hasta tres veces, totalmente admirados de que entre una visita y otra haya pasado un considerable tiempo de al menos dos años. Pero para los que han vivido en La Finca –como en muchas otras de nuestras casas– es sabido que el tiempo corre “de otro modo”, tiene una “velocidad propia”, distinta al de otros lugares…, pero ¿acaso no tiene el día en La Finca 24hs? Sí, por…

Leer más…

El Cielo y la Cruz

¡Comenzamos un año más de noviciado! Es el sexto año en el que Dios me da la gracia de ver a los nuevos candidatos (¡este año 34!), con esa alegría propia de quien ya ha dicho su sí al Señor. Las primeras palabras, como otros años, fueron en orden a presentar la cruz de Cristo, esa cruz que los ha atraído a la vida religiosa. Sin ponernos de acuerdo, desde distintos puntos de vista, en la Lectio Brevis[1] y en el sermón la primera Misa del año, ambos, con el P. José Hernández, predicamos sobre esa cruz. Pero al mirar…

Leer más…