La fuerza de la oración

El Catecismo de la Iglesia Católica[1] habla de la oración ex profeso en la cuarta y última parte, pero nos muestra, al comenzarla, que todo lo tratado anteriormente tiene relación con ella. De hecho, llama a las tres partes anteriores[2] «Misterio de la fe» y aclara: «este Misterio exige que los fieles crean en él, lo celebren y vivan de él en una relación viviente y personal con Dios vivo y verdadero. Esta relación es la oración»[3]. Por eso toda persona que se convierte, sea la primera o segunda conversión, comienza a tener vida de oración –o la intensifica–, porque…