¡Feliz Navidad!
En este día –que se prolonga por toda la Octava– se nos invita una y otra vez a alegrarnos, a regocijarnos, porque nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. San Legón Magno, en un sermón de Navidad predicaba “no hay lugar para la tristeza, cuando acaba de nacer la vida”. En absoluto se puede dudar que debemos alegrarnos o, al menos, que a esto tenemos que apuntar; pero a veces nuestras Navidades no tienen esa alegría que vemos en los niños, o que teníamos cuando lo éramos. ¿Por qué? ¡Cuánto podría decirse en respuesta…! y mucho mejor de…