El que siempre se ríe… (2)
“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de quien se encuentra con Jesús”[1]. Esta gran verdad que nos enseña el Papa Francisco, puede, para decirlo de algún modo, “palparse” en un Noviciado. Sigamos entonces con esta característica, la alegría, tan propia de un novicio, pero que según aquel “siempre seré novicio” de San Bernardo, debería ser propio de todo religioso, y más aún, de todo cristiano, como lo decía Chesterton: “La alegría, que era la pequeña publicidad del pagano, se convierte en el gigantesco secreto del cristiano”[2].“La historia de los apóstoles, los primeros religiosos, se abre…