Este país huele a podrido

Vaya  a saber por qué, pero lo cierto es que no es raro que el demonio se dé a conocer entre otras cosas por el olfato. Sin duda que no es para nada la manera principal –para eso tenemos el discernimiento de espíritus–, pero en situaciones sobre todo extraordinarias, no suele faltar. Y así por ejemplo aquella de las pocas veces en que San Juan de la Cruz erró en su discernimiento sobre una mujer que quería entrar a la vida religiosa y tenía ciertos misticismos que hacían dudar de su idoneidad; una vez entrada al convento, cuando descubrieron que…

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Conciencia de enemigos

Quizás pecamos de recurrentes o un tanto monotemáticos, pero lo cierto es que hay realidades que chocan tanto –en lo social y en lo intraeclesial– que fácilmente vuelven a aparecer en nuestras inspiraciones para una nueva entrada del blog. Todo esto para decir que hablé del tema hace varios años[1] pero así y todo me parece que vale la pena decir algo más… La musa de la inspiración sopló a mis oídos en el siguiente contexto: dando un paseo con el clero de Vic –diócesis de Manresa, donde me encuentro– visitamos la ciudad francesa de Carcasona, conocida por su ciudadela…

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La mentira y la política

Agradezco a mi padre (QEPD[1]) no haberme hecho de ningún partido político –era algo absolutamente ausente en mi familia– y ayudarme así a no caer en ningún tipo de subjetivismo pasional al mejor estilo “peronismo” en Argentina. También puede aplicarse esto a otros partidos, pero creo que al peronismo le cabe “de perillas”: en muchos casos es prácticamente lo mismo que el ser hincha de un equipo de fútbol… la racionalidad queda allá lejos. Será por esta visión de la política que no recuerdo haber visto a mi padre haber ido a votar alguna vez… quizás tengo mala memoria pero…

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