¿Qué dicen de mí?…

Un alimento muy preciado, un verdadero bocatto di cardinale de nuestro “monstruo yo” que ya mencionamos, es la opinión de los demás sobre cada uno de nosotros, o sea qué opinan de “mí”… sí, otra vez este pronombre personal sale a nuestro encuentro… Es increíble lo condicionados que estamos con lo que piensen, opinen, digan o escriban sobre nuestras personas… Al comenzar estas líneas siento cierto nerviosismo… algo habrá… El respeto humano, el vano honor del mundo, el «qué dirán»… creaturas tan al borde del “no ser” que ni siquiera a veces pueden verse/sentirse/tocarse… un pensamiento, unas letras, un sonido…

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En manos de Dios

Pasado… presente… futuro… Para quienes vivimos en el continuo rodar de las horas, o sea para quienes no participamos ni de la eternidad de Dios ni de esa atemporalidad de los ángeles; para nosotros, mortales peregrinos de este mundo, estas tres palabras tienen un significado demasiado profundo… Se dice que para poder conocer y juzgar una cosa, situación o persona, hace falta tomar cierta distancia de ella, teniendo en cuenta matices que la cercanía no deja percibir (como quien ve una pintura muy de cerca) para lograr así una visión de conjunto. Es así que para juzgar al hombre, más…

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Una Mirada…

Nadie puede dudar que existe el lenguaje de los gestos, que por no ser audible pasa a veces desapercibido – al menos para algunos – pero que de suyo no deja de ser muy expresivo y permite trasmitir cosas que muchas veces las palabras no tienen la capacidad de hacerlo. Entre ellos quizás el más significativo sea la mirada… ¡cuánto dice una mirada! La expresión de los ojos transmite lo que hay dentro del corazón, y así, puede humillar, herir, avergonzar, hacer titubear; pero si  está llena amor ¡qué bien que hace! Pensemos en un niño que estando solo quizás…

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