Agradezco a mi padre (QEPD[1]) no haberme hecho de ningún partido político –era algo absolutamente ausente en mi familia– y ayudarme así a no caer en ningún tipo de subjetivismo pasional al mejor estilo “peronismo” en Argentina. También puede aplicarse esto a otros partidos, pero creo que al peronismo le cabe “de perillas”: en muchos casos es prácticamente lo mismo que el ser hincha de un equipo de fútbol… la racionalidad queda allá lejos.
Será por esta visión de la política que no recuerdo haber visto a mi padre haber ido a votar alguna vez… quizás tengo mala memoria pero pueden haber habido excepciones, nada más que eso. Y yo, he seguido el mismo camino; hace unos años voté por primera vez, porque estaba en juego la vida y había un candidato que la defendía. Estando en juego uno de los no negociable –de los que habló claramente el Papa Benedicto[2]–, no me parecía –y sigue sin parecerme– que haya que abstenerse; es más, hasta puede haber circunstancias que ameriten, en conciencia, lo contrario[3].
Por eso, me parece que de entrada conviene dejar en claro que no tengo nada en contra de la política en cuanto tal; incluso puede que no haya sido lo mejor de mi parte no haber votado nunca (o casi…). Pío XI la llamaba “el campo de la más alta caridad, del que se puede decir que ningún otro le es superior, salvo el de la religión”. No hay duda que es nobilísima y que urge a los laicos católicos inmiscuirse en estos ámbitos, aunque haga falta para ello espíritu martirial. El P. Castellani lo decía en verso:
“En nuestro gran país presentemente,
como cualquiera sabe,
si el problema moral es el más grave,
el político empero, el más urgente”[4].
Tampoco soy un antisistema. O sea, no hay duda que la democracia actual es un totalitarismo camuflado y tiene de parecido con la democracia griega lo que yo con el conejo Bugs Bunny; pero no veo que haya otro modo de batallar que meterse en el fango y, con mucha vida interior, buscar realmente el bien común de la sociedad. Y a los que no nos toque estar ahí, colaborar cómo podamos: comunión de los santos, oraciones, sacrificios, etc.
- La mentira
Dicho sea esto… ¡qué cosa más sucia y asquerosa la política actual! Claro, claro, no todos… pero sí muchos, y generalmente los que llegan arriba. Y lo que más llama la atención es la absoluta, tremenda e insoportable caradurez que tienen los políticos para mentir, mentir y seguir mintiendo. Incluso quedando todo registrado por las cámaras o en las redes sociales… no les importa un comino… si tienen que vender a la madre, pues ahí va… o mejor, la regalan. Y este tipo de gente por lo general es la que gobierna… ¡mamma mía!
Como estuvimos de elecciones aquí en España y estamos de elecciones en Argentina venía pensando esto que les comento, y leí el siguiente texto de nuestro fundador, hablando de la sublimidad de la doctrina de nuestro Señor, comparándola con tantas mentiras… Me sentí más que identificado y mejor lo cito textual porque obviamente tiene más autoridad por ser quien es, y por haberlo vivido más:
“Yo ya tengo años; ¡tanto he escuchado mentir!, ¡tanto…!, por la radio, por la televisión, por los diarios, en los libros, en las conversaciones, en las promesas electorales –yo ya no sé cuántas elecciones he pasado en este país– … ¡Están hablando y les están mintiendo! Sin embargo, están en pose, desayunan con bronce, para tener un busto en la plaza… Y ¡te están mintiendo! ¡Mienten! Jesucristo, no; Jesucristo no miente. ¡Es el único que no miente! Y no solamente no miente, sino que es el único que tiene palabras de vida eterna: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mc 13,31).[5]
Y otro grande al que el P. Buela recomendaba y difundió todo lo que pudo, Mons. Tihamér Thót, hablando de la mentira enfatiza la importancia de la verdad y la responsabilidad de las palabras que pronunciamos. Destaca que la palabra humana tiene un contenido que puede herir, alabar, ofender, acariciar, corregir o pervertir.
También resalta que la veracidad es esencial para el carácter y que la mentira puede ser un síntoma de degradación espiritual. Cita la Sagrada Escritura, que dice: «Menos malo es el ladrón que el hombre que miente a todas horas» (Eco 20, 27). La mentira daña a la persona y socava su dignidad. Destaca que la mentira es inútil, ya que aunque pueda proporcionar una ventaja temporal, a largo plazo conlleva la pérdida de respeto y dignidad personal. El mentiroso tiende a caer en contradicción y a tejer una red de mentiras para sostener la primera, lo que lo lleva a la vergüenza y la pérdida del honor. Aunque un hombre pueda engañar a otros, nunca podrá engañar a Dios, cuya mirada penetra en lo más profundo de cada persona.
Concluye argumentando que no existen “mentiras inocentes”, ya que todas las mentiras, incluso las consideradas inofensivas, dañan de alguna manera, ya sea a otros o a uno mismo. Insta a imitar la veracidad divina y evitar la mentira como una forma de honrar a Dios y preservar la dignidad personal.
Vale la pena leer el texto completo, que no lo copio aquí para no alargar demasiado (se los dejo en nota al pie[6]).
- El robo
Y junto con la mentira, otra realidad tan pero tan de la política actual es el robo. Otra vez el P. Buela hablando de que, para tener un auténtico encuentro con nuestro Señor Jesucristo, hay que, entre otras cosas, cumplir sus mandamientos, comenta:
“Hoy no se cumplen los mandamientos de la ley de Dios. Recuerdo y recordarán algunos que habrán estado presentes, hace años, frente a la catedral de San Rafael, era la fiesta patronal, presidía monseñor León Kruk, quien, en un momento de su sermón, dijo: «La Argentina se arregla con dos cosas –yo me agarraba la cabeza, y decía, ‘si los problemas son tan complejos, ¿cómo con dos cosas solas se va a arreglar?’–: con cumplir dos mandamientos: no mentir y no robar». Y tenía razón. Miren si los dirigentes que tenemos dejasen de mentir, y dejasen de meter la mano en la lata… simplemente con eso”.[7]
Y sigue dando un consejo para poder revertir la situación comenzando por lo más cercano:
“Me hizo recordar en ese momento a otro grande de este tiempo, que sufrió campo de concentración: Alexander Solzhenitsyn, en la época de mayor fuerza del régimen soviético, y sin embargo hacía la denuncia contra el régimen, y en uno de sus libros, decía: «¿qué se puede hacer frente a un imperio del mal, a un imperio policial, dominado por la mentira? Nos tenemos que comprometer a una cosa, a no consentir en la mentira». Pero uno decía, «¿los misiles que tienen, los submarinos atómicos?». Sin embargo, tenía razón, porque en cuanto se empezó a luchar contra la mentira un poquitito… cayó todo, como un castillo de talco, como por implosión”.[8]
- ¿Psicópatas?
Yo creo que para llegar a tanta perversidad hay que tener algún trastorno. Leyendo hace tiempo un resumen de El jefe psicópata. Radiografía de un depredador, del Dr. Hugo Marietan, al leer el siguiente párrafo entendí mejor lo qué es un político de estos que estamos caracterizando:
“Una de las necesidades especiales del psicópata es el poder. El psicópata ama el poder porque con poder consigue lo que requiere para satisfacer sus necesidades. En cualquier ámbito de poder, ya sea la política, la religión, la empresa, en cualquier ámbito donde haya acumulación de recursos y manejo de personas, ahí está él… por ej. si la necesidad especial es el poder… hará lo que sea para llegar al poder, usar su capacidad de persuasión, aliarse con el enemigo, dividir para debilitar y todo aquello que le convenga a su afán. El psicópata es muy persuasivo, y a tal punto que una persona común casi no tiene chance de evitar su influjo… una vez conseguido el poder se aferra a él y no lo dejará, salvo que avizore que una retirada implicará un beneficio que incluya un posterior retorno fortalecido… el psicópata construye poder, elabora estrategias para construir ese poder y para conservarlo; tiene una especial habilidad para seducir y para tener un grupo de gente que lo rodee, sus segundones, sus secuaces, que lo refuercen”[9].
A los psicópatas (o si no llegan a tanto, a los amantes del poder) por supuesto tampoco les importa que corra sangre… y ahí tenemos aborto legal en Argentina. El tema es que muchos del pueblo que dijeron “con aborto no te voto” lamentablemente no fueron consecuentes. Ese tema, el aborto, ni sería para dialogar…[10].
En fin, cada uno haga lo que debe en lo suyo –comenzando por dejar de mentir– y sea responsable ante Dios de qué hace con su voto.
Si hay una esperanza en Argentina es que fue consagrada a la Santísima Virgen hace muchos años… ¡y por un presidente![11]
¡Madre nuestra, no te olvides de tus hijos,
que hacen flamear los colores de tu manto en su bandera!
[1] Un recuerdo de su partida… La última carta
[2] Los principios no negociables en política
[3] ¿Se puede elegir el mal menor según santo Tomás de Aquino?
[5] C. M. Buela, Jóvenes en el tercer milenio. Caminando con Juan Pablo II, Ediciones del Verbo Encarnado, San Rafael 2007, 210.
[6] Tihamér Tóth, Sobre la mentira.
[7] C. M. Buela, Jóvenes en el tercer milenio, 213.
[8] Ibid.
[9] Dr. Hugo Marietan, El jefe psicópata. Radiografía de un depredador, Ed. Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2010, 30-31.
“Hugo Marietan nació en Bs.As. en 1951. Se recibió de médico y psiquiatra en la UBA (…) desde hace más de 15 años se dedica a la investigación de la psicopatía y es el descubridor del vínculo que se establece entre el psicópata cotidiano y la persona que puede convivir con él -el complementario- hallazgo por el cual es reconocido internacionalmente. Estas investigaciones se resumen en su libro ‘El complementario y su psicópata’ (…)” (pág. 12).
[11] El presidente de facto Teniente General Juan Carlos Onganía consagra el país a la Virgen de Luján. Realiza un saludo militar, una oración y el acto culmina con los acordes de una banda militar. Juan Carlos Onganía (1914-1995), presidente de facto de la Argentina al derrocar a Arturo H. Illia el 28 de junio de 1966. Aquí el audio. Aquí una foto.
NUNCA me cansaré de las ENSEÑANZAS DEL PADRE GUSTAVO, DIOS LO BENDIGA SIEMPRE 🙏🙏🙏
En mi casa no se hablaba de política a puertas abiertas era una conversación sólo de adultos, pero la definición que me dió mi abuelo (hacer política es buscar el bien común de las personas y resolver sus necesidades , no las propias) fue suficiente para que años más tarde me
preparara para participar , (1990 /1994 )hice lo que pude hasta que me di cuenta de la realidad de lo que es la política en Argentina ,tuve que renunciar .No hay honor ,no hay dignidad , se basa en mentiras inmoralidad y enriquecimiento propio ; la pobreza un gran negocio, la ignorancia la falta de cultura el culto a la muerte el camino perfecto y por supuesto infaltable para el combo el hombre se cree Dios .
Si pudiéramos respetar firmemente el primer mandamiento que nos da Jesucristo nuestro mundo será otro.
Gracias padre Lombardo como siempre Dios lo bendiga 🙏🙏🙏
Es triste como los políIticos con tal de conservar el poder, pisotean a quien sea que se ponga enfrente.
Gracias padre. Coincido plenamente. Yo estuve muchos años sin VOTAR. Ahora voto para evitar una posible sanción. Pero no voto por nadie. Anulo el votó rompiendo lo. La verdad no creo en ningún político. Creo en Dios y en la Virgen!
Padre, lo peor es que esos psicópatas están en todo el mundo, aquí en Colombia nada sirve, todos mienten, roban, apoyan asesinos de inocentes, forman parte de poderes corruptos, el mismo demonio en todos los grupos políticos, nadie se salva, lastimosamente. Hace tiempo mi voto ha sido en blanco, debía votar pues siempre fui jurado electoral por ser funcionaria del Estado. Nosotros para ponerle la cereza al pastel tenemos el flagelo del narcotráfico quién paga las campañas políticas. En las presidenciales la disputa fue entre un abuelo que ofendía a la virgen María y uno con la versión del nuevo comunismo; y en las regionales acaban de elegir en mi ciudad un pastor protestante que anuncia el cierre de todo acto católico fuera del templo y en la gobernación un exmilitar acusado de participación en paramilitarismo. No hay que escoger y sinembargo hay millones de votos de un lado y de otro porque nuestros medios de comunicación mueven las votaciones. Es horrible, familias divididas porque unos le creen a un partido y otros al bando contrario. Ya me pensioné, no estoy obligada a votar por eso en estas últimas elecciones no voté.
Gracias padre,soy una adulta mayor, en estos momentos mi angustia es muy grande de ver tanta destrucción, pero bueno nhabra que seguir orando, como me dijo un sacerdote satanás no se aburre, empezamos mal la democracia si la hay,y ahora voy a votar con la nariz tapada, mi voto va para no terminar en una disnatia,o una de las peores dictaduras
Gracias padre por su artículo, estoy de acuerdo con usted. No obstante, yo iría más allá y como dijo aquel » Tenemos los políticos que nos merecemos»
En el caso que conozco, España, ya se ha conseguido que no exista separación de poderes. Y sin separación de poderes esto es » jauja»; Lamentablemente la «democracia» ya no es fiablea.
El mentir, el robar y lo que es mucho peor, el legalizar el crimen terrible contra los niños no nacidos y contra los ancianos, todo ello, solo es reflejo de una sociedad degenerada y carente de toda moral.
Sin Dios no hay salvación; el hombre en vez de elevarse se envilece y degenera.
Personalmente pienso que no se puede ser católico y votar a un partido proabortista. Lo demás, es secundario.
Pienso que el que no vota, también está » consintiendo» el aborto, ya que no hace nada para evitarlo.
Pero en este momento que nos ha tocado vivir hay que tener esperanza porque del Señor es la victoria y además España es tierra de María.
En Argentina padre, nuestro querido país, una vez más tenemos dos opciones, cianuro o cicuta. Cambian los nombres, por épocas, pero los gobernantes siguen siendo títeres mentirosos de titiriteros peor de peligrosos. Más me pasan los años y más convencido estoy de que el tratar de vivir coherentemente como verdaderos cristianos es el único camino que realmente importa.
Voté por años eligiendo el mal menor y llegué a la conclusión de que sigue siendo el mal.
Soy católica, no puedo ni debo elegir el mal, por eso me abstengo de participar de un acto intrínsecamente malo.
La solución no pasa por las urnas, pasa por una cuestión moral y ética. Y los 9 millones de argentinos que no asistimos al acto electoral damos cuenta de que el sistema está totalmente desgastado y no es confiable.
Que Dios y su Santísima Madre nos asistan!
Gracias Padre por sus palabras!
Soy uruguaya,conozco Argentina y la quiero mucho pues,por trabajo
de mi esposo vivi unos años alli,dejando muy buenas amigas. Lo que ud.
comenta, padre, es lo que pasa,y ha pasado, en Uruguay tambien, siendo
muchísimo más chico,y con escasa poblacion (cada vez mas, por los abortos). Opino que el mal principal esta en la credulidad culpable de las
personas, que no saben pensar por si mismas y se dejan manipular. El mal en los políticos se alimenta de esa falta de discernimiento para el que no necesitamos ser muy inteligentes, pero si pedirlo a Dios.Pero vivimos hoy en un mundo sin fe.
Es cierto lo que dicen en sus comentarios. Pero si no vamos a votar seremos cómplices de lo que siga sucediendo. Al menos tenemos la opción que se nos ofrece de un plebiscito para derogar la ley del aborto !!! Tendremos otra oportunidad así? Debemos detener este genocidio de inocentes!!!! También es importante que dejen de adoctrinar a nuestros hijos y tengamos patria potestad. Tenemos la responsabilidad como católicos de hacer todo lo posible para detener tanto mal ,aunque no nos guste el candidato. Peor es lavarse las manos como Pilato . Dios y Ntra Madre de Lujan nos ayuden y detengan este baño de sangre de los inocentes en nuestra Argentina.