Digno es el Cordero
San Juan Pablo II ha llamado a la Misa “el cielo en la tierra” explicando que “la liturgia que celebramos en la tierra es una misteriosa participación en la liturgia celestial”[1]. Esta verdad es la que descubrió, emocionó y convirtió al evangélico calvinista Scott Hahn quien, antes de este hecho del todo trascendental en su vida, pensaba que “la Misa era el mayor sacrilegio que un hombre podía cometer”[2]. Y descubrir esta verdad lo llevó a escribir un libro, recomendable por cierto[3], para defenderla y mostrarla. Para él era toda una novedad –y puede que lo sea también para nosotros…