O tempora, o mores!

Esta exclamación, que podría traducirse como “¡Oh tiempos, oh costumbres!” es del o-tempora-1célebre orador Cicerón (106-43 a.C.), quien se indignaba por la decadencia de las costumbres de su tiempo.

Cambiando lo que haya que cambiar, esta expresión puede ser aplicada perfectamente a la realidad que nos circunda. No se trata, por supuesto, de un lúgubre e infecundo pesimismo, sino de mantener despierto el Sentido del escándalo, como lo hacía notar, no pocas veces el P. Hurtado, aplicándolo puntualmente al ámbito social:

“Este estudio de nuestra doctrina social ha de despertar en nosotros, antes que nada, un sentido social hondo y, antes que nada, inconformismo ante el mal, lo que Pierre Henri Simon ha denominado admirablemente el sentido del escándalo”[1].

Sentido del escándalo siempre vivo. Sus ojos abiertos al mal, no para deshacerse en crítica estéril, sino para remediar y construir. La única razón de ser crítico es ser constructivo, como la única razón para echar abajo una casa es edificar otra en su lugar”[2].

No es fácil, hoy en día, mantener vivo ese sentido del escándalo porque somos animales de costumbre y, siendo tal la avalancha contra la fe y la moral, se requiere mucho caudal de espíritu para mantener el asombro, el pasmo y la admiración por lo que no está bien.

Porque hoy por hoy, no solo se hace el mal –cosa que ocurre de Adán en adelante– sino que primero se trata de relativizar absolutamente todo, por lo cual cada uno decide lo que le parece que puede estar mal o bien (¡y cuidado con llamarle “pecado” a lo que está mal!) y  después, incluso se hace todo lo posible para llamar bien al mal, tratando de refrendar el pecado con “leyes”.

“¡Malditos los que llaman al mal bien, y al bien mal; que dan oscuridad por luz, y luz por oscuridad; que dan amargo por dulce, y dulce por amargo!” (Is 5,20)

20090608_1200_salud_muerte_digna_programa.cdrLa idea de este post surgió al leer el lunes pasado la noticia del suicidio de Brittany Maynard, quien con 29 años optó por quitarse la vida por no afrontar un cáncer celebrar terminal. No se trata aquí de hacer juicio sobre ella, porque es imposible entrar en la conciencia de una persona y más aún en tales circunstancias (mi padre lucha hace dos años contra el cáncer y conozco por tanto bastante de cerca lo difícil que se torna la situación). Ofrecí ese mismo día, la Misa por el eterno descanso de Brittany y quiera Dios que, subjetivamente, no haya sido tan grave el hecho, como sí lo fue objetivamente.

Tiempo atrás no podía celebrarse una Misa de cuerpo presente por una persona que se había quitado la vida, justamente por morir haciendo un acto directamente contrario a Aquel que le regaló ese don que está despreciando. Pero actualmente, como vivimos en la “era de la depresión” y en que “la cultura contemporánea parece haber perdido el sentido del bien y del mal[3] (Benedicto XVI), sí es posible celebrarla.

El Catecismo de la Iglesia nos enseña:

“Trastornos síquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida. No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por vías que él solo conoce la ocasión de un arrepentimiento saludable. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida”. (nn. 2282-83)

Digo esto para reforzar la idea de que no estoy “condenando” a Brittany; incluso me adhiero a las palabras del director del Centro de Bioética en la Argentina, Jorge Nicolás Lafferriere:

“En los Estados Unidos, el caso fue utilizado para promover una campaña en favor de la legalización de la eutanasia y parece que la misma Brittany, en su dramática situación, es instrumentalizada en función de objetivos extraños a su cuadro médico”. (Aica)

Ella había propuesto como día de su muerte el 1 de noviembre, luego decidió posponer la fecha, pero finalmente se mató (suena duro… pero es así) ese día; esto puede ser signo de esa instrumentalización de la que habla el Dr. Jorge y de la presión que esto conlleva.

Aclarado esto, es necesario formar nuestras conciencias y llamar las cosas por su nombre. No se trata del eufemismo “muerte digna”, sino de un verdadero suicidio (Suicidarse: quitarse voluntariamente la vida – RAE).

Hablábamos de formar las conciencias:

“¿Tenemos una idea justa de la conciencia? ¿Entendemos ―correctamente― su libertad? En la vida personal, familiar, social, ¿nos dejamos guiar por la conciencia verdadera y recta? El hombre contemporáneo, ¿no vive bajo la amenaza de un eclipse de la conciencia? ¿De una deformación de las conciencias? ¿De un entumecimiento, o de una «anestesia» de las conciencias?”[4]. (Juan Pablo II)

Volvamos al Catecismo, que tanto ayuda a formarnos:

“Cada uno es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y preservarla para su honor y la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella”. (nn. 2280)

¡Dios es Dios! Y punto. Nosotros somos criaturas, dependientes, limitados, finitos, participados… una y otra vez debemos rechazar la luciferina tentación del Seréis como dioses  (Gn 3,5).

Decía Jean-Claude Sagne:

“La mayor ilusión del hombre es la de dominar su vida. Porque la vida es un don que, por su misma naturaleza, escapa a todo intento de ser dominado”[5].

Sigamos con el Catecismo:

“El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo”. (n. 2281)

Y, en este caso, parecería que también se cumple lo siguiente:

“Si es cometido con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo”. (2282)

No se me hace fácil seguir escribiendo porque me parece que estoy tratando de explicar algo que es evidentísimo: ¡no hay que matarse!… pero creo que hoy hace falta hacerlo.

¿Cómo es que llegamos a aceptar tales cosas o al menos a que no nos llamen la atención e incluso quizás debamos argüir internamente argumentos para no justificarlas?

Habría mucho por decir y este “mucho” supera tanto mis capacidades y conocimientos como la extensión de un post. Solo quería hacer referencia a que, para que bajemos la guardia de nuestros principios, muchas veces se apunta a que en lugar de razonar, sintamos; o sea, que dejemos de lado nuestra capacidad intelectual –y junto con eso nuestra conciencia– y demos oídas a los sentimientos. Por eso es que no son propiamente argumentos los que “convencen” sino: modos de presentar aquello que quieren trasmitir.

Las palabras, los videos, las fotos y el marco en general, nos lleva, en este caso de Britanny, a compadecernos de ella y a justificarla. Obviamente que es digna de compasión –ya aclaramos además arriba el tema del juicio que no hacemos– pero el punto está en que esa compasión y justificación no pueden hacernos llegar a la conclusión de que lo que hizo está bien o, peor aún, cambiar el principio y afirmar que está bien quitarse la vida si hay causas “proporcionadas” (nunca las hay en realidad).

El mismo nombre de la fundación que auspicia todo esto, “Compassion & Choices” (“Compasión y opciones”) ya es una gran mentira: no puedo, no está bien, no es ordenado, es pecado, etc. “compadecerme” de alguien y ayudarle así a que se quite la vida; y tampoco es una “opción” moralmente aceptable quitarme la vida.

Exactamente lo mismo pasa por ejemplo en una película donde se presenta de tal manera la situación injusta de uno de los cónyuges que, sentimentalmente hablando, si no tenemos el espíritu crítico encendido, podemos llegar a justificar el adulterio.

Siempre ha sido una gran verdad lo enseñado por Santo Tomás de Aquino: “…son más los hombres que se guían por los sentidos que los que se guían por la razón”[6] pero en este tiempo esto está cobrando visos totalizantes porque el poder de los medios de comunicación y la crisis en la educación están masificando el modo de pensar o, mejor dicho, de sentir sin pensar.

Hay que volver entonces a la firmeza de la razón, que aún herida por el pecado original es quien debe guiarnos:

“El bien del hombre está en obrar según la razón. Y por esto a la virtud humana corresponde hacer que tanto el hombre como sus obras, se conformen con la 071c_Santo_Tomas_de_Aquino_(L'Hermitage_San_Petersburgo_Rusia)razón”[7]. (Santo Tomás)

“El bien de la razón es el bien del hombre”[8] (Santo Tomás)

“El orden debido es que el régimen del apetito [sentimientos, pasiones] se someta a la razón. Es la razón la que debe determinar de qué cosas se debe huir y que cosas hay buscar”[9]. (Santo Tomás)

“El mal del alma [o sea el pecado] está en apartarse de la razón”[10].

Al dejar de lado la razón, lo que estamos dejando de lado juntamente, es el objeto de la razón que es la verdad. Dejada la verdad, tampoco nos escandalizará el error. Dice Ernest Hello[11]:

“Quien quiera que ama la verdad aborrece el error y este aborrecimiento del error es la piedra de toque mediante la cual se reconoce el amor a la verdad. Si no amas la verdad, podrás decir que la amas e incluso hacerlo creer a los demás; pero puedes estar seguro de que, en ese caso, carecerás de horror hacia lo que es falso, y por esta señal se reconocerá que no amas la verdad”.

Si no se ama la verdad y el bien, ni tampoco, como consecuencia, se odia el error, entonces se pierde el coraje.

“Hay un proverbio alemán que reza: ‘Mut verloren alles verloren’ (cuando se pierde el coraje todo está perdido).

Hay otro latino según el cual la pérdida de la razón es el verdadero heraldo de la destrucción.

 Pero ¿qué le ocurre a una sociedad en la que se produce la intersección de ambas pérdidas, la pérdida del coraje y la pérdida de la razón?

Este es el cuadro que a mi juicio presenta hoy día el Occidente”. (Alexander Solzjenitsyn)

Hablo de la razón pero sin dejar por supuesto de lado la fe. Es la fe justamente la que custodia a la razón y cuando ésta ya perdió el norte, aquella puede mantener firme y luminoso el rumbo. Si el mundo está como está, si la razón ya no ocupa su lugar, no es sino porque primero ella quiso elevarse por encima de su capacidad, dejando de lado la fe (el racionalismo), y quien sube más de lo que debe, cae por su propio peso.

“Caído de Dios –dirá San Agustín– caes de ti mismo”, de ahí tanta irracionalidad, o animalidad –o menos que eso– en el mundo en que vivimos.

Al amparo de la fe, la razón trabaja a sus anchas. Providencialmente, esta semana fui a ver a una persona con cáncer cerebral quien no poco ha sufrido. Quedé totalmente edificado al escucharla con tanta paz aceptar la voluntad de Dios. Armar los razonamientos que tanta paz le daban no había sido fácil en medio de tanto dolor, pero fe + razón, lo que trasmitía era realmente ejemplar.

Termino con una cita que suena al pasado pero no deja de trasmitir la verdad, o mejor dicho “la” Verdad, Jesucristo, objeto de nuestra fe:

“El hombre ha errado: que vuelva a la senda recta de la verdad; las tinieblas han invadido las almas, que esta oscuridad sea disipada por la luz de la verdad; la muerte se ha enseñoreado de nosotros, conquistemos la vida. Entonces nos será permitido sanar tantas heridas, veremos renacer con toda justicia la esperanza en la antigua autoridad, los esplendores de la fe reaparecerán; las espadas caerán, las armas se escaparán de nuestras manos cuando todos los hombres acepten el imperio de Cristo y sometan con alegría, y cuando ‘toda lengua profese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre’ (Fil. 2,11)[12]. (León XIII)

“Dadas las cosas como son, habiendo querido Dios comenzar y acabar sus mayores obras por medio de la Santísima Virgen desde que la formó, es de creer que no cambiará jamás de proceder: es Dios y no cambia ni en sus sentimientos ni en su manera de obrar. (…) Comenzó y continuó sus milagros por medio de María y por medio de Ella los continuará hasta el fin de los siglos” (San Luis María)

“María, única esperanza…” P. Pío.

 

—————————–

Lecturas recomendadas

  • San Juan Pablo Magno, Carta Encíclica Fides et ratio.
  • Carlos M. Buela, IVE, “Un ser frágil”. Sobre las tentaciones del sacerdote (vs. la fe, la razón y la sensibilidad) (Ver Aquí)

 

Ver todas las lecturas recomendadas, AQUÍ.

[1] San Alberto Hurtado, La búsqueda de Dios, Ediciones Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 20052, p. 110.

[2] Ibid, p. 114.

[3] Benedicto XVI, Mensaje para la Cuaresma de 2012.

[4] San Juan Pablo II, Meditación del Ángelus del 14 de marzo de 1982.

[5] Jean-Claude Sagne, Viens vers le Père, Ed. de L’Emmanuel, p. 172. Citado en Jacques Philippe, La libertad interior, Rialp, 201316, p. 31.

[6] S. Th., I, 49, 3, ad 5.

[7] Santo Tomás, Suma Teológica, IIª-IIae, q. 123 a. 1 co.

[8] Ibid. IIª-IIae, q. 123 a. 12 co.

[9] Ibid. IIª-IIae, q. 125 a. 1 co.

[10] Ibid. IIª-IIae, q. 162 a. 1 co.

[11] (1828-1885) Filósofo y ensayista francés.

[12] Carta Encíclica, León XIII, 25 de mayo de 1899, Annum Sacrum, de la Consagración del género humano al Sagrado Corazón de Jesús.

 

21 comentarios:

  1. P.Gustavo
    Grandes verdades, pero si no se está anclado en Dios en momentos de angustia y desesperación nada sirve. Una persona puede estar rodeada de amigos, de gente que la quiere, de bienes materiales y sin embargo sentirse en la más absoluta soledad, sólo la fe en Dios, los consejos de personas adecuadas, la oración pueden hacer brillar la luz en momentos de obscuridad.Nada justifica una determinación tan drástica, sólo queda apelar a la infinita misericordia de Dios.
    Somos humanos, frente al dolor de una enfermedad que se sabe terminal, que va minando día tras día el organismo, al sufrimiento que esto trae a los seres que amamos,es difícil no sentir angustia,todo se puede superar si ese dolor tiene un objetivo, un por qué, y la respuesta se encuentra mirando la cruz de Cristo, contemplando a María Santísima al pie de la cruz.
    Padre, gracias por sus palabras me hacen reflexionar.
    mirta

  2. Como siempre padre, muy buenas reflexiones, yo tampoco me atreverìa a juzgar a pesar de ser provida, pues es dolor de un hijo de esa magnitud es muy fuerte y díficil, pido a nuestro Padre que me libre de pasar por una prueba así.

  3. gabriela ríos salgado

    El ser humano tiene miedo al sufrimiento, ha perdido la esperanza sobre todo si nuestra formación no ha sido llevada en el Señor, sin embargo, me quedo con estas frases del evangelio, «No tengas miedo», «¿cómo será esto?» «Porque para Dios nada es imposible», «El Señor ha hecho cosas grandes en mí», concluyo con esta idea: Ante una situación desesperante no debemos tener miedo a enfrentarnos a la vida, debemos tener la certeza que nuestro Dios no ayudará a enfrentar lo que para nosotros parece imposible y al entregarnos con confianza a su divina voluntad, Él hará cosas grandes en nuestra vida.
    Gracias Padre Gustavo por invitarnos a dar nuestro «sí» a la vida

  4. Sin Dios, el mal prevalece y no hay duda de ello. Con Dios todo se puede, hasta lo finito lo hace infinito. Por ello SOLO DIOS BASTA, no es fácil, sin embargo despojándonos de nosotros mismos dejaremos a EL LA PUERTA ABIERTA PARA QUE ENTRE Y SEA CON NOSOTROS. Trinidad Santa y Dulce Virgen Maria, Madre de Dios y Madre nuestra, ten piedad y Misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén

  5. Gracias por esta explicacion Padre Gustavo, lo estare meditando en estos dias. Si no hemos aprendido y acrecentado nuestra fe en Dios desde que eramos niños; ya siendo adultos, cualquier revez de la vida nos deja desamparados, desesperados. Con Dios, es posible sobrellevar los problemas de la vida…. solo que nos falta mas fe.

  6. “¡Malditos los que llaman al mal bien, y al bien mal»…. es el problema de «nuestro» tiempo y costumbres, ya que la mayor expresión que el mal ha alcanzado en la tierra y que es el «Relativismo», justamente ha hecho que ya no se reconozca el bien del mal…. Como todo vale, todo esta bien y todo debe ser «respetado», entonces se dificulta el ejercicio de elegir el bien. Hoy, mas que nunca, Dios necesita de sus mejores soldados para que libren su mas dura batalla contra la máxima expresión del mal: el relativismo. Si hay algo que nos ha alejado de Dios siempre, es justamente creernos Dios….. y tomarnos «atribuciones» suyas como, por ejemplo y entre otras, quitarnos la vida que El nos dió. Eso nos aleja de Dios. Un abrazo Gustavo…. siempre es un lujo leerte (y muy formativo).

  7. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Es cierto, Adriana, que mientras antes recibamos el don de la fe es mucho mejor y que muchas veces lo que no se recibe de niños luego es mucho más difícil vivirlo, pero sin suda que para un adulto siempre hay tiempo para la conversión. Sé que Ud. no quiso decir lo contrario en su comentario, pero lo aclaro por las dudas por quien lo lea. Muchas gracias y bendiciones!

  8. P.Gustavo,excelente su explicacion,
    siento que hay que sentir empatia,ante tan desgarradora determinacion,como el suicidio,DIOS que es AMOR estoy segura se apiada de esas personas,si solo somos «seres humanos».Por falta de humanidad me fue arrebatado lo que mas amaba,mis nietos,mi hija me los quito,mi hijo de 29 años me pego,yo siento a veces que mori de dolor del alma,me excluyeron de sus vidas,se que DIOS esta conmigo y El me hace seguir viviendo,EL sabe mi limite,hay veces en que ni siquiera puedo rezar…
    Bendiciones padre Gustavo

  9. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Muchas gracias por dejar su comentario. Lamento lo que ha sufrido; no deje de mirar al Crucificado que es el único que le da sentido a nuestras penas.

  10. PARA GLORIA, 18/NOV QUERIDA GLORIA, HERMANA MIA, CUANDO EL DOLOR HA TOCADO MI PUERTA, HE BUSCADO AYUDA, EN LA IMAGEN DE MI MADRE SANTISIMA, AL PIE DE LA CRUZ. DALE SENTIDO A TU DOLOR, HERMANA MIA, COMO TE DICE PADRE GUSTAVO, CONTEMPLA EL DOLOR DEL SENOR, Y OFRECELE LOS TUYOS, TUS SOLEDADES,DESPRECIOS…..!TODO! POR AQUELLOS QUE NO CREEN, NO ESPERAN,NO ALABAN,NO ADORAN, DESDICHADOS SINESPERANZA, O POR LAS ALMAS DEL SANTO PURGATORIO, SI NO PUEDES EVITAR EL DOLOR, !APROVECHALO! Y VETE ALOS HOSPITALES DONDE HAY ENFERMOS TERMINALES, O NINOS CON CANCER, Y LEELES SOBRE LA MISERICORDIA DE CRISTO….COMO DICE SAN PABLO «EN TU DEBILIDAD TE HARAS MAS FUERTE» UN ABRAZO GRANDE, GRANDE, Ilsse

  11. Padre Gustavo hermoso tema escogido por usted! Hace unos dias atras el metro de mi ciudad Caracas sufrio un fuerte retraso porque una persona se lanzo a los rieles del sistema subterraneo quitandose la vida.Al dia siguiente en mi trabajo hablando sobre dicho retraso converse con un compañero sobre las circunstancias y motivos que dicha persona pudo haber tenido para tomar esa decision fatal.Ambos expusimos nuestras opiniones,en pro y en contra,pero al final de cuentas fueron opiniones que se entremezclan y no sabemos a ciencia cierta si dicha conversacion fue productiva.Lo que si veo con claridad y que es productivo es saber que contamos con la herramienta mas eficaz,las Sagradas Escrituras y la luz que arrojan estas enseñanzas de los ejercicios espirituales.Me gusta lo que dice el Catecismo !Dios es Dios! y punto.El suicidio es contrario al amor del Dios vivo!! Como ud.nos enseña no debemos entrar en esa voragine peligrosa de perder el coraje y la razon! Gracias,muchas gracias!!

  12. Muchas gracias P. Gustavo por esta reflexión, es verdad que los tiempos han cambiado y están cambiando, pero la responsabilidad ante ciertas acciones no ha cambiado, me parece que también depende de las circunstancias de cada uno. Somos responsables de lo que hacemos en nuestra vida, y con nuestra vida. Pero hay circunstancias personales o por alguna enfermedad, a veces no podemos ser responsables de nuestros actos, y cuando ya hemos cometido el error, no hay vuelta atrás. También la misericordia de Dios es infinita, y siempre nos tiene de su mano, y muchas veces no se puede juzgar por lo que vemos. Algunas veces he visto y estoy viendo a personas que bien por enfermedad incurable o por otras dificultades, lo están pasando muy mal, y hoy la vida se prolonga mucho , pues hay muchos medios para alargarla, y estas personas en estas circunstancias están sufriendo mucho, y hacen sufrir también a las personas que están a su alrededor, y no tienen remedio, no se van a curar. Les puedes consolar con palabras, pero no con obras y al mismo tiempo todos tenemos que cumplir la voluntad de Dios unos de una manera y otros de otra y tener a Dios como centro de nuestra vida. Estamos aquí para cumplir su voluntad, Jesús también sufrió mucho por nosotros, era una buena persona que hacía el bien a todos lo que se encontraban con El, y mucha gente se seguía, pero a Este le quitaron la vida (terrena) de mala manera los que no estaban de acuerdo con El. Todo esto me lleva a mí a vivir mi vida con responsabilidad en todas las cosas que tengo que hacer para ayudar a las personas que están a mi alrededor. También a dar gracias a Dios por su continua ayuda, pues siempre me escucha y las cosas me salen bien, tengo mucha suerte, yo ayudo y otros me ayudan.

  13. Yliana Takeda de Shimizu

    Padre Lombardo, Nuevamente «Muchas Gracias»; Siempre con sus artículos muy profundos y actuales, lo que más me guste son las citas que incluye, lo cual nos ayuda a reflexionar y fortalecer nuestro conocimiento según las Escrituras y nuestra Iglesia Catolica y en mi caso difícil de conocerlas sin la ayuda de personas como Usted.
    Que nuestra Señor Jesuscristo y su Santísima Madre le colme de bendiciones.

    Un saludo a la distancia,

  14. Gracias Padre Lombardo por su ayuda espiritual, y por enviarnos este material que nos ayuda a reflexionar,a conocernos más como personas y como creyentes.Gracias de todo corazón que Dios lo siga bendiciendo y la santisima virgen lo cubra con su manto.Hasta pronto un abrazo en Jesús y Maria.

  15. Brisa María gonzalez

    Padre lombardo, muchas gracias por tan hermosa y amplia reflexión!!
    En tres cosas reflexionaré de este profundo mensaje:
    Cuánta verdad en las palabras de San Agustín. » caído de Dios, cáes de ti mismo». Y entonces en todo podemos caér…
    Me caló esa frase que explica muy bien por qué el mundo está como está.
    De igual manera la frase: Al amparo de la fe, la razón trabaja a sus anchas. Me parece que andamos carentes de ambas…
    Y finalmente: Quien carece del horror de lo que es falso, por esta señal se reconocerá que no ama la verdad.
    Me pareció impactante.
    Gracias por su ayuda y dejarnos a cada quien algo en qué reflexionar para crecer.
    Que Dios lo bendiga y nuestra madre Santísima esté siempre con usted.

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