Un mes Sagrado

Junio 2015 probablemente marque un antes y un después en nuestro Hogar de caridad en Chile… a ojos humanos, nada grandioso pasó; a ojos de fe, muchísimo.

10487212_977251812318118_6780656634926504207_nEs que nunca crecemos tanto como cuando lo hacemos en orden a lo que de algún modo está sugerido, indicado, señalado… ya por personas, ya por los acontecimientos; y esto porque, por uno o por otro, muchas veces el mismo Dios se nos comunica.

El P. Fabio Schilereff, cuando recibimos este hogar hace casi 4 años, lo bautizó con el nombre “Sagrado Corazón”; será entonces, sin duda, honrando este Corazón, como mayormente podremos recibir los favores divinos. Esto es exactamente lo que hemos vivido en el pasado mes de junio, dedicado, como sabemos, al Corazón de Jesús.

“Siento una ardiente sed de ser honrado y amado por los hombres –dijo Jesús a Santa Margarita María– en el Santísimo Sacramento, y no hallo a casi nadie que se esfuerce, según mi deseo, por saciar esa sed, manifestando alguna reciprocidad”. Respondiendo a este reclamo amoroso del Señor, pudimos celebrar, de manera muy sencilla pero no menos emotiva, nuestro “pequeño Corpus”.

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Fue conmovedor ver a los “niños” (los llamamos así por su discapacidad), incluso a los más “difíciles”, rendir verdadero homenaje al Señor Sacramentado. Jesús dijo dejad que los niños vengan a mí, y esto incluye también que Él mismo se ha convertido en fuerza de atracción para ellos.

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WP_20150607_033Pocos días después tuvo lugar la solemnidad del Sagrado Corazón. Acompañados por los novicios, nuestros sacerdotes de “La Pintana”, los trabajadores del Hogar y gente amiga que, a pesar de ser viernes, se pudo hacer presente; celebramos al Misa en la parroquia de Paine.

Grandes deseos de recibir la primera Comunión –expresados en reiteradas preguntas– tenía Esteban Contreras, uno de los “chiquillos” llegado este año al Hogar; deseo que pudo concretarse en esta Solemnidad. Acto seguido, José A. González, laico consagrado, quiso sumarse a las filas de aquellos que entendieron lo que el Señor dijo a la santa de Alacoque: “¡Estoy sediento, ardo en deseos de ser amado!”, y se consagró al divino Corazón.

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“También me certificó –escribía la Santa haciendo alusión al Señor– que tenía singular gusto de ser venerado en la imagen de este Corazón de carne, y quería que su estampa se pusiese a la vista pública, a ver si con esto, añadió, se mueve el helado corazón de los hombres, prometiéndome que repartiría copiosamente a todos los que así le honrasen los tesoros de gracias que en él rebosan”.

Por las calles llevamos, entonces, la imagen del Señor, hasta nuestro Hogar, dando, por así decirlo, un doble mensaje: que recuerden los hombres que Jesús los sigue amando y que Su amor sigue vivo en los miembros de su Iglesia; amor por el cual Ella sigue ocupándose de los más débiles y desamparados.

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“Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida” es una de las doce promesas del Señor para quien se consagre a su Sacratísimo Corazón; extensivas, sin duda, a las familias, instituciones y países que hagan lo mismo. Es por eso que, al llegar al Hogar, hicimos lo más relevante y determinante de todo el mes: ¡lo consagramos al Sagrado Corazón!

Es este, a mi modo de ver, el hito que marca el antes y el después de esta obra de caridad. Habrá que renovarla todos los años y aún actualizarla todos los días y a cada instante; nuestras debilidades la empañarán por momentos, el enemigo no ahorrará esfuerzos en combatirla,  pero lo que sucedió el 12 de junio al rayar el mediodía, ese acto de justicia que se asemeja al intento de devolver una chispa al sol o un gota al mar –pero acto de justicia al fin–, quedará fijado en la historia de este Hogar que lleva el nombre del Sol que nace de lo alto, como un solmene momento de entrega y respuesta al amor Divino: “Este es el Corazón que tanto amó a los hombres que nada escatimó hasta agotarse y consumirse para testimoniarles su amor”.

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“Donde el corazón se alegra hay fiesta”, esta sentencia de San Juan Crisóstomo resume lo acontecido después: un almuerzo festivo donde, al terminar, con ciertos visos de “acto escolar”, la directora de la “Escuela Especial 77, Centro de Capacitación Laboral” –colegio que funciona en nuestro Hogar– presentó varios números musicales de los “niños” que habían estado preparando con mucho entusiasmo durante varios días.

El antes y el después…

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Con el trabajo de gente del Hogar y los mismos chicos, acondicionamos un galpón para el evento y quedó mejor de lo que esperábamos…

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Contamos en estas líneas lo más importante del mes, pero fueron muchas las muestras que el Señor quiso hacernos de que realmente fue “El Mes” desde que llegamos a este Hogar.

Con esta crónica, de algún modo también decimos ¡fundamos!, ya que, si bien, como decía más arriba, hace casi 4 años que estamos a cargo de este Hogar, solo hace algunos meses que formamos aquí una comunidad religiosa –con el P. Leonardo Formigo–.

Este hogar/escuela fue fundado en el año 1987 por el P. Ángel Magalotti (QEPD), de la orden de Don Guanella, y entregado al Instituto por Mons Juan Ignacio González Errázuriz, obispo de San Bernardo; alberga actualmente a 32 chicos con discapacidad leve y moderada que en su mayoría no tienen familia.

“No Jesús sin María, ni María sin Jesús…” Será el 8 de diciembre, luego del celebrado “Mes de María” que consagraremos el Hogar al Inmaculado Corazón de nuestra Madre; será este el segundo y necesario “acto” de la gran obra de entrega al Señor.

 

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