Todos los años, antes de nuestro aniversario sacerdotal, 9 compañeros enviamos a todo el curso un texto sobre el sacerdocio, ya personal, ya de algún santo o sumo pontífice. Este año me tocó escribir el de ayer (2/12) y quería compartirlo con ustedes. De paso me encomiendo a sus oraciones (al igual que a todo el curso), en este día en que cumplimos 9 años de sacerdotes.
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PERSEVERAR, DESPUÉS DE 9 AÑOS…
Bien sabemos que la perseverancia –final, en la vocación, etc.– es una gracia de Dios, pero esto no quita que Él pueda darnos otras gracias en orden a esa misma perseverancia. Quería aprovechar este último día de la novena para contarles lo que considero como regalos de Dios para poder perseverar, como ustedes, hasta este día en el sacerdocio y en nuestro Instituto.
Espero no “pecar” de autorreferente; disculpen en todo caso. Creo que en algo les puede ayudar, quizás más por los yerros que por los aciertos.
Primera gracia: “estar con Él”
Un año después de nuestra ordenación, en la primera misa en la Finca, creo que al terminar la homilía, tuve la claridad –sin duda una gracia de primer tiempo– de que no debía dejar pasar un día de mi vida sin estar una hora delante del Santísimo. Por un lado esto no era, ni es, nada nuevo; bien sabemos que es parte de nuestra regla; solo un par de citas:
“debemos tratar de mantener la exposición y adoración del Santísimo Sacramento durante una hora diaria” (Const. 139); “En consonancia con lo dispuesto en el Derecho canónico: ‘adorarán al Señor presente en el Sacramento’, mantendremos la exposición y adoración al Santísimo durante una hora diaria” (Dir. Vida Consagrada, 205).
De todos modos, sin dudar ni poder dudar, entendí esto de una nueva manera, como un imperativo del cual dependería mi perseverancia…
Sería quizás mucho más aleccionador para ustedes si les dijera que cumplí esto a la perfección y he llegado, día a día ante el Señor, a un grado de oración que me hace alegrarme de las cruces y que, como para san Pablo, para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia… pero lamentablemente no ha sido así.
No siempre dediqué al Señor “mis mejores horas” y muchas veces, rezando muy tarde por la noche, tuve que estar parado o caminar dentro de la iglesia para no quedarme dormido. Por lo mismo, a veces no he completado los 60 minutos. No siempre he tenido claro qué iba a meditar, improvisando algún libro en el momento, el cual casi nunca leí y nunca pude saber si por falta de voluntad o porque realmente Dios no me pedía eso.
Pero a pesar de todo esto –y de las cosas que el Señor podría reprocharme y ni siquiera las he notado– puedo decir que, también por gracia de Dios, me sobran los dedos de la mano para contar los días en que no he estado con el Señor en la adoración pudiendo hacerlo (en la montaña, por ejemplo, es imposible).
Y no creo exagerar si digo que sin esas horas con Jesucristo, no hubiera perseverado… porque a pesar de no hacerlas siempre de la mejor manera, esas horas fueron “estar con Él” y para eso nos llamó en primer lugar (cf. Mc 3,14), por tanto si falta eso, falta lo principal.
Puedo hacer mías las palabras del gran apóstol de la “Hora Santa”, Mons. Fulton Sheen: “ningún sacerdote se perderá (se entiende “dejará el sacerdocio”) si hace la hora de adoración diaria”.
Andrés nos comentaba días atrás, de manera muy elocuente, la importancia de ser “amigos de Cristo” y esto como condición no solo de perseverar, sino también de llegar a ser santos religiosos y sacerdotes.
El Papa Benedicto XVI, comentando aquel ya no os llamo siervos, a vosotros os llamo amigos, decía: “El corazón del sacerdocio consiste en ser amigos de Jesucristo”[1]. Y agregaba:
“Ser amigo de Jesús, ser sacerdote, significa ser hombre de oración. De este modo le reconocemos y salimos de la ignorancia de los siervos. De este modo aprendemos a vivir, a sufrir y a actuar con él y por él”.
Es por esto que puedo decir de mi sacerdocio –y entiendo que también de “nuestro” sacerdocio– que perseveraré en la medida en que persevere en ese “estar con Él” ante el Tabernáculo y que mi amistad con Cristo, con todo lo que implica para mi ser sacerdotal y religioso, mejorará si mejora mi modo, tiempo, preparación y dedicación a ese “estar”.
Segunda gracia: “los demás”
En nuestro Instituto, como en toda la Iglesia, hay y habrá hasta el fin de los tiempos “trigo y cizaña”; está revelado en la Sagrada Escritura y Trento se ha hecho eco de lo mismo para no dejar lugar a dudas o a falsas interpretaciones.
Podemos ver la cizaña –incluso ver lo que de cizaña hay en nosotros– y quedarnos con eso… o ver también cuánto hay de trigo… ¡mucho mejor negocio sin duda! Así como dice el P. Buela “Siempre he pensado que la gracia de mi perseverancia en la vocación -a pesar de los seminarios en que me tocó vivir- se la debía a alguno que detrás de la Cortina de Hierro o detrás de la Cortina de Bambú estaba rezando y sufriendo, y ofreciendo esos sufrimientos por nosotros”:,lo mismo he pensado yo con respecto a “los nuestros”.
Me consuela y me da mucha fuerza saber que entre nosotros hay religiosos y religiosas totalmente entregados a Dios, que buscan la santidad con toda sinceridad, que viven vida inmolada, que, ya en misiones difíciles, ya en monasterios de clausura, ya en la misma martirial fidelidad a lo cotidiano, se van consumiendo como incienso de flagrante aroma por la gloria de Dios y el bien de las almas, entre las cuales sin duda que también estamos nosotros, y en primera fila. En mi caso, por el apostolado por Internet, me han ofrecido sus oraciones personas que ni conozco y probablemente tampoco conoceré…
Todo esto, no dudo, también me ha mantenido en la brecha y en ciertos momentos lo he “visto” con diáfana claridad.
Y, como ustedes son parte de este “los demás”, no puedo dejar de agradecerles mucho por hacer lo que deben hacer, con todo lo que eso implica y con todo el bien que produce.
Tercera gracia: “Ella”
Imposible dejar de nombrar a Aquella por quien recibimos todas las gracias. Por un problema de salud a los 12 años comencé a rezarle un misterio del Rosario por día. En mi familia me hicieron conocer a San Luis María y eso se confirmó en la Congre. Con seguridad tampoco ustedes han olvidado el 4º voto en el Noviciado… La devoción a María ha sido también un gran regalo de Dios y del cual me siento totalmente deudor en orden al hecho de haber perseverado y seguir en carrera hacia lo que vendrá. He hecho todo lo posible por tenerla presente en cada Consagración y comunión de la Misa.
Y no pocas veces en la Adoración, quizás por no ser un fiel amigo de su Hijo, he hablado solo con Ella… y ante Ella también he llorado, sabiendo que una madre no puede dejar de compadecerse de su hijo, menos si hace las veces del Hijo… ¡gran regalo es ser hijos predilectos de María por nuestro sacerdocio!
Muchachada: gracias por la paciencia al leer estas líneas. ¡Muchas gracias por estar, por seguir, por no dejar el combate y ser ejemplo que estimula a hacer lo mismo!
¡¡Un gran abrazo para todos y hasta cada Santa Misa!!
Gustavo
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Lectura recomendada:
– Cardenal Comastri y la Adoración al Santísimo: “La Madre Teresa de Calcuta salvó mi sacerdocio”. (Aquí)
[1] Benedicto XVI, Homilía del Jueves Santo de 2006 durante la misa del Crismal, Zenit, 13 de abril.
Felicidades ! Dios les ha hecho muy fecundos , y a usted padre Gustavo en modo sobreabundante …….que Dios siempre le conceda permanecer completamente fiel a El !!!…… solo Dios, todo Dios y nada mas que Dios ….!!!
para siempre Dios !!! usted encontro el tesoro ……no lo suelte jamas !!!
P.Gustavo
Muchas, pero muchas felicidades!,siempre de la mano de María. Ella jamás suelta a sus hijos, aunque uno se esconda sabe como encontrarnos y llevarnos de vuelta a su lado. Ella es la gran vencedora,que le permitirá siempre permanecer fiel a Dios.
Está y estará siempre presente en mis oraciones.
grs
Felicidades Padre para ud. y todos sus compañeros , que Dios nuestro señor, lo siga bendiciendo y haga muy fecundo su ministerio para la Gloria de Dios ,gracias por compartir
Querido Padre Gustavo:
Felicitaciones a todo el Grupo!! Qué lindas reflexiones, predicando con su testimonio, y cuando hace falta, también con la Palabra; primero la Palabra encarnada. Qué linda la frase de la Madre Teresa de Calcuta en la referencia que das, “Es Jesús el que pone amor en mi corazón, cuando rezo”. Que hermoso es tener el Don el de la Oración y la Perseverancia, y si no es suficiente lo tenemos que pedir. Es como Ud dice, ante el Santísimo en oración. Mire si es así, que Jesús siendo el Hijo de Dios, el sumo Sacerdote, tenía que rezar, orar al Padre “siempre”, todos los días, horas y horas; y más aún antes de una acción importante como en la elección de los Apóstoles, . . ., en el Tabor, en el Getsemaní, . . . y hasta en la misma Cruz. . . Y hoy sigue El y su Madre intercediendo y sosteniéndolos a todos Ustedes, los Pastores y sus ovejas.
Rezamos Padre por todos Ustedes para que tengamos Sacerdotes “Santos” como el Señor los quiere. Seguramente muchos de Ustedes ya lo son y otros están en el camino, pero mejor que no lo sepan, para que no se las crean . . . Bendiciones a todo el Grupo.
Padre que alegria, un año más!! Felicidades pero sobre todo por la labor que hace con todos nosotros, mi esposo y yo acabamos de terminar la consagración a María de san Luis de monforth, por una observación que hicimos hace tiempo y yo le comentaba a mi esposo, has notado que los mejores o más piadosos sacerdotes son los que son devotos de María pero no sólo uds sino los laicos son diferentes como sí transpiraran el amor a Cristo. Gracias por compartir esos bellos pensamientos!
Estimado Padre Gustavo,
Me entusiasmó mucho el leer este artículo sobre la perseverancia sacerdotal y modestamente debo decirle que prometí al SEÑOR acordarme de Usted en la Santa Misa de cada día Domingo.Quizá nunca nos veremos en esta tierra, pero la Misericordia de Dios nos permitirá hacerlo en la vida eterna.
Que sea el mismo Señor Jesús quien le de un abrazo de felicitación por su aniversario sacerdotal.
Feliz Aniversario en el Señor.
Con afecto,
Oswaldo
Muchas gracias, Oswaldo, muchas gracias! Por supuesto que cuenta también con las mías!
Muy cierto, Frinee! Tener a María con nosotros, a pesar de nuestras debilidades, es tanto como tener o no tener una madre en la tierra. Felicitaciones por la Consagración!
Padre Gustavo:
Que consuelo al leer sus palabras. A veces me he preguntado ciertas cosas relacionadas con mi forma de orar y siempre es muy consolador saber que a alguien le pasa algo similar…que me venza el sueño…que unas veces sienta que no lo he hecho tan bien….etc.Pero al final esta ciertamente el perseverar. …y ell
o en consecuencia trae con sigo la fidelidad y la paz. Gracias por sus lineas y muchas felicidades por su aniversario. En unión de oraciones. Tere Lara
Padre Lombardo, doy gracias a Dios por el don de su sacerdocio y lo encomiendo en mi oración del rosario diario a nuestra madre,. Gracias por todo lo que nos ha dado, especialmente a mí.
Quisiera compartir con Usted, también mi sentir ante el Señor en la Eucaristía, también cuando he estado ante su presencia no he resultado ser la mejor amiga, hace poco estando ante Él, me afanaba en buscar un texto biblico que dice: «porque yo tengo mejores planes para tí,» finalmente, no pude recordar el versiculo para meditarlo y al ceder ante su presencia y dejar que me hablara a través de la Sagrada Escritura me dejó impresionada al decirme mediante 2 versículos: «Yo soy el Señor tu Dios» y «El Señor es mi fuerza y mi fortaleza». Muchas veces no tengo nada que decirle pero Él si me dice mucho con su amor.
Finalmente Padre, le ofrezco mi casa si algún día llega a venir a Cuernavaca, Morelos, México, sería un gran honor recibirlo en mi familia.
Con mucho cariño y aprecio. Gabriela Ríos
Felicidades Padre Gustavo por su Aniversario de Sacerdocio; espero que sigan mas aniversarios. Me gusta leer lo que escribe, me hace refleccionar acerca de como llevo mi vida con mi familia y en que puedo mejorar. Mis oraciones estan con usted y con todos ustedes.
Es reconfortante que comparta estas palabras desde su corazón… Dios le bendice
Bendiciones.!!! de alguna manera estas líneas me hacen sentir muy bien, me alegro por todos ustedes, esto que leo me motiva a seguir luchando en el verdadero y único camino.. Dios les bendiga,cuide y les de fortaleza para seguir adelante día a día Amén.!!!
Hermosa reflexión, Gabriela! Muchas gracias!!
Muchas gracias! Cuente también con las mías!
Qué bueno, José Pablo! Ave María y adelante!! Bendiciones también para ti.
Hoy mas que nunca son necesarias las personas como usted que estan imbuidas del ESPIRITU SANTO den su testimonio.
Gracias Aldo, pero sepa que estoy tan imbuido del Espíritu Santo como lo estará ud. Que la Virgen nos ayude a ser dóciles! “¿Cuando llegará aquel tiempo feliz, en que la divina María sea reconocida Señora y soberana de todos los corazones…? Cosas maravillosas acaecerán entonces en esta tierra miserable, en que le Espíritu Santo, encontrando a su Esposa como reproducida en las almas, vendrá a ellas con la abundancia de sus dones y la s colmará de ellos, particularmente del don de sabiduría, para obrar maravillas de la gracia”. San Luis María, TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN, cap. VII, art III
Gracias P. Gustavo por esta reflexión sobre la perseverancia, necesaria para llevar a cabo todo lo que empiece, y no quedarme en el camino, la devoción a María , me acompaña, y me da fuerzas para seguir a Jesús en el día a día en aquello que me sale al paso. La perseverancia nunca acaba, siempre sigue adelante, y a veces cuesta.
Me alegro de que haya personas como Ud. que dedican su tiempo a los demás.
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