La última carta

Viejito querido: entre lágrimas te escribo estas últimas líneas que hace tiempo que vengo pensando enviarte. Lloro lo que no lloré ni en tu enfermedad ni en tu muerte, porque lo que lloro no sé bien lo que es… Cada vez que pensaba en estas líneas lagrimeaba como ahora… lloro de alegría, lloro de agradecimiento, lloro por haber tenido un papá como vos.

En mis votos perpetuos, año 2004

Votos perpetuos, año 2004

Agradezco a Dios el no haberte enviado estás líneas mientras estabas entre nosotros, porque estoy seguro que no las ibas a aceptar… como aquella vez, hace algunos años, que te escribí diciéndote que te agradecía porque siendo mi papá, me era muy fácil pensar en que Dios también es Papá… solo tenía que imaginarme lo que eras y sumarle el infinito de Dios… “compararme a mí con Dios”, me dijiste en tono irónico… como no aceptando semejante cosa. Y cuando traté de decirte estas cosas que ahora escribo mientras te acompañaba en tus últimos días, delicadamente me frenaste con un repetido “todo lo bueno es de Dios”… Ahora, papi, que vez las cosas tal como son, seguramente me vas a entender lo que quería decirte y cómo, sin dejar de ver a Dios en todo lo bueno, ese Dios me bendijo –nos bendijo mejor dicho– por medio tuyo… ¡y de qué manera!

Hubiera querido escribirte ya hace días… y este casi mes y medio que pasó desde tu partida, muestra lo que me cuesta plasmar estas líneas… porque a la par de saber que no podrías estar mejor de lo que estás, es imposible no extrañarte… como imposible es escribir esto sin que se avive ese sentimiento. Así y todo, bien que vale el esfuerzo para expresarte algo que muy probablemente ya puedas contemplar en Dios, y asimismo, para que sirva de humilde homenaje del menor de tus hijos.

Dios te bendijo, papá, con una forma de ser realmente envidiable; para muchos –entre los cuales me incluyo en primera fila– el trabajo de toda una vida en moldear el carácter, daría como resultado algo muy parecido a lo que vos recibiste de fábrica. ¡Qué capacidad de verle lo bueno a todo! ¡Qué tranquilidad y serenidad en todo momento! ¡Qué comprensión para con los demás! Cosa que no solo trasmitiste con tu ejemplo sino que hasta quisiste hacerlo poesía y canción para que siempre lo recordáramos.

Última foto familiar

Última foto familiar

A esa naturaleza privilegiada Dios supo elevarla con su gracia y vos fuiste dócil a ese trabajo divino. Gran ejemplo fue para mí tu espíritu de sacrificio, de pensar en el bien de los otros y de que esos esfuerzos que hacías no parecieran para nada una carga. Si estuvieras todavía acá, quizás no te acordarías, pero desde allá seguramente que sí, aquella vez que con 10 u 11 años te pedí que me enseñaras a hacer el asado; no me gustó mucho el hecho de tener que servir a la familia –junto con vos– en lugar de estar sentado, comiendo tranquilo. Buen momento para enseñarme la ley de amor que se entrega por los demás aún en cosas pequeñas.

Nunca me sentí presionado a llegar a ser “algo” o “alguien”. Marcó mi niñez, en ese sentido, aquella vez que fuiste a verme jugar al básquet. Yo estaba nervioso porque quería jugar lo mejor posible porque vos estabas ahí, mirándome… no recuerdo si algo te dije o lo intuiste, pero en un momento que me acerqué me dijiste: “yo estoy contento de verte feliz, jugando; no importa cómo juegues”; eso me dio una tranquilidad y alegría que nunca olvidé… y esa frase, que tampoco nunca olvidé, era el reflejo de lo que pensabas y querías de nosotros en todos los aspectos de nuestra vida. ¡Qué hermosa manera de sentirnos amados por lo que somos, al margen de lo que hacemos! ¡Qué fácil así pensar en el amor de Dios…!

¡Cómo respetaste nuestra libertad! Marcando el camino pero sin empujarnos por él; no aconsejando de más e incluso, callando cosas, consejos… esperando el mejor momento… silencios que con el paso del tiempo hablan más que muchas palabras, porque hablan de un corazón de padre que supo callar y sufrir como de algún modo muchas veces Dios mismo lo hace.

“Hay 5 soluciones para cada problema”“todo tiene solución menos la muerte”, eran frases que no solo repetías sino que vivías. Nunca olvidé cuando me enseñaste a hacer un barrilete; al terminar fuimos a remontarlo y estando por los aires la mezcla de cañas y papel, me mostraste cómo hacerle hacer una pirueta… ante mi alegría me aclaraste que haciendo esa pirueta, si algo no estaba tan bien, podría quebrarse alguna caña; pero unos segundos después remataste: “pero si se rompe, hacemos otro”“Si se rompe, hacemos otro”… es difícil transmitir lo que produjo esa frase en mí a lo largo de los años… unida a tu serenidad en tantos momentos difíciles de nuestras vidas…

Ese “hacemos otro” también abarcaba el plano sobrenatural: tampoco olvidaré tu capacidad para reconocer tus pecados y “volver a empezar”, pero no como antes, sino mejor, con la humildad de quien se sabe pecador. Esa humildad tras el pecado me resultaba así algo como que tenía que surgir casi espontáneamente… sin embargo, el paso del tiempo y mis propios pecados me hicieron ver que se trata de una gran obra de la gracia.

¿Te acordás cuando me llevaste a confesar porque me daba vergüenza? Yo… imposible olvidarlo.

Con sus ñietos; último cumple -66-

Con sus nietos; último cumple -66-

Viejo, sinceramente no recuerdo una sola opinión tuya, ni un solo consejo, ni una sola decisión en la cual yo no haya estado –y esté actualmente– de acuerdo. Quizás nunca salí de la “admiración de un niño”… Pero lo que sucede es que si en algo me doy cuenta ahora que estabas equivocado, bastaría que estuvieras nuevamente con nosotros para que cambiaras de opinión… Siempre nos hiciste participar de tus decisiones y nos pedías opinión, hasta pocos días antes de morir.

Decías que no creías en la Providencia Divina sino que la veías; y con esa capacidad de reírte de todo, aún de vos mismo, te ponías a contar cómo Dios iba armando tus planes y negocios a pesar de tus decisiones no tan acertadas.

¡Maravillas hizo Dios en tu vida! Permitime viejo, que recorra rápidamente tu, por qué no decirlo “camino al Cielo”. Dios apuntaló tu fe por medio de mamá, con la cual ya de novios rezaban a diario el Santo Rosario. La pobreza los acompañó durante varios años y no le escatimaste para nada a la ley del trabajo, teniendo en varios momentos más de un oficio a la vez… A pesar de la frágil salud de mamá, dijeron que sí a la vida, y de ahí que seamos 4 y no solo 2; y de ahí que yo pueda hoy escribir estas líneas…

En los fracasos económicos, supiste arrancar de nuevo, de abajo, con mucho esfuerzo y humildad.

Dios fue acomodando los rumbos de la vida de la familia para que pudiéramos profundizar más nuestra fe, y siempre tu respuesta fue un sí… “Sí” a comprar muchos y buenos libros; “sí” a hacer Ejercicios Espirituales ignacianos; “sí” a la Misa entre semana… aún en medio de tus viajes en camión vendiendo de pueblo en pueblo ¿cuántos días consecutivos fuiste a Misa aquella vez que te lo propusiste? ¿200? ¡Quizás más incluso! ¡Y aquella otra vez que te propusiste leer cada letra de la Sagrada Escritura, con comentarios incluidos… ¡ejemplo aún hoy para nosotros!

Si te hubiéramos dicho con Claudio que queríamos ser astronautas, nos hubieras apoyado… pero Dios nos llamó al sacerdocio, lo cual apoyaste aún más; otro “sí”… ¡y de qué quilate!

Visitando a papá por su enfermedad

Visitando a papá por su enfermedad

¡Y qué precioso “trabajo” hizo Dios en tu alma en los últimos años! Cómo supo ir podando y podando… y cómo seguiste diciendo que “sí”, una y otra vez.

La mami sugirió años atrás ya no ver más televisión y dedicar ese tiempo a leer… No sin esfuerzo pero diste un “sí” más. ¡¿Cuántos libros leyeron esos últimos años!? ¿40? ¿50? ¡Cuántas vidas de santos y cuánto provecho para el alma!

Antes de tu enfermedad una cruz llegó a tu vida que te quitó en cierta manera la alegría… ¡novedad para todos! Para algunos –yo no llegué a verlo por la distancia– fue la primera vez que te veían realmente preocupado. ¡Poda divina! Era de las pocas cosas que te faltaban para entender por qué los demás no siempre podían vivir ese optimismo que vos sí vivías… Y la prueba te hizo más misericordioso.

Llegó el cáncer… otro “sí” dicho a Dios. Hiciste todo lo que estaba de tu parte para poder superarlo; las operaciones no produjeron más que sufrimientos y limitaciones, que aceptaste, ofreciste y dieron la última pulida a tu alma.

Quizás el mejor sermón que he escuchado en mi vida fueron esos 35 segundos en que estando en terapia intensiva, sin saber si salías o no con vida de allí, me repetiste el “Principio y Fundamento” de los Ejercicios Espirituales… “salud, enfermedad, vida corta, vida larga… que se haga la voluntad de Dios”.

En tus dos años y medio de enfermedad no hubo quejas, trataste de molestar lo menos posible y veías como actos exquisitos de caridad, las pocas cosas que podíamos hacer para cuidarte. Ya con varias limitaciones, sentías a veces más ganas de vivir de las que yo mismo tenía…

Pero Dios siguió quitando… podando… y cuando no quedó más nada que pedirte, te pidió la vida. Pero juntamente te regaló un sentido sobrenatural de la muerte que hizo que la enfrentes de modo ejemplar. Ante quien se condolía por tu previsible pronta partida, solías responder “no te hagas problema por mí, tiempo más, tiempo menos, también vos vas a partir”… Por supuesto que hubo ciertos momentos de temor, pero no era difícil evocarte esa misma confianza en la misericordia de Dios que nos habías enseñado. Te acordarás que te hicimos sacar la cuenta de la cantidad de veces en tu vida que le habías dicho a la Virgen “ruega por nosotros… ahora y en la hora de nuestra muerte”, ¡y eran cerca de 1 millón! ¡Qué gran consuelo y cómo no esperar su maternal protección!

Bromeabas con que tu oficio era “estar enfermo” y aprovechaste esa enfermedad para leer más, meditar más profundamente y rezar con mayor devoción.

En la misma Misa, con su ropa de «entierro»; bromeó con eso

Se acercaba el final… alguna vez al pensar que tus dos hijos varones no podían seguir con tu negocio, se te llenaron los ojos de lágrimas; ahora esas lágrimas eran de consuelo por tener, además del cariño de toda la familia, a tus dos hijos sacerdotes a tu lado para acompañarte a bien morir. Es que, como dice San Juan Bosco: “de la familia de los consagrados se salva hasta la tercera y cuarta generación”. Había escuchado muchos relatos de padres y madres de religiosas y religiosos que morían santamente, ahora tocaba vivirlo en carne propia… ¡Dios nunca falla!

No perdiste el humor hasta el final… “esto parece la Misa de cuerpo presente pero con el muerto vivo”… dijiste en una de las últimas Misas en tu habitación en las que estuviste consiente.

Tu emoción al pensar en los dolores de Jesús por tus pecados, y tu deseo de ya partir al Cielo para verlo,  me hacen desear la misma gracia para mis últimos días.

A veces temías no a la muerte, sino al modo en que se iba a dar el desenlace; es que no poco ya habías sufrido en los últimos años… Era sabido que Dios no te iba dejar de auxiliar y, aunque fueron bien crucificados los últimos dos meses, sin embargo partiste quedándote dormido, casi sin darte cuenta…

“¡Pedile a la Virgen que te lleve un sábado!” Te había dicho un poco más de un año antes de que murieras. Era mi deseo, por Su promesa de hacer entrar al Cielo el sábado siguiente a la muerte a quien muriera con el escapulario puesto; entrada segura, entonces, el mismo día a quien muriera en sábado.

Por muchos días no me animé a pedirlo… me parecía que era pedir mucho… pero cada sábado que se acercaba crecían, de algún modo, mis esperanzas… y cuando pasaba pensaba que te teníamos con nosotros al menos una semana más…

¡Y te lo llevaste un sábado, Virgencita!ni esos detalles de amor materno se te han escapado.

Me escribía un cura amigo luego de tu muerte:

“No sabría si darte palabras de pésame o enhorabuena, vistos los relatos y comentarios sobre su vida y muerte. Rezar hay que rezar, porque Dios es un misterio demasiado grande, y ¡quién puede estar preparado para verle cara a cara! Pero confiar también, ya que viendo tantas misericordias y tan gratuitas que tuvo con él, no hemos de ni podemos limitar nosotros la misericordia de Dios”.

Hermosa manera de expresar lo que pensaba y pienso, lo que sentía y siento… por un lado, papá, es difícil no pensar que estás en el Cielo: al tener dos hijos sacerdotes ¡cuántos consagrados en el mundo rezando por vos desde que te enfermaste! Recuerdo la alegría que te daba cuando te iba comentando sobre los sacerdotes, religiosas y familiares de consagrados que rezaban y ofrecían Misas por vos en todas partes del mundo. Santas lecturas y reflexiones, Santos Rosarios, Misas, comuniones, confesiones, unciones, indulgencias… fueron tus compañeras durante toda la enfermedad y sobre todo en los últimos días… Digamos que todos los medios que la Iglesia tiene para ayudarnos a bien morir, los tuviste. Eso por un lado… Y por otro, es tan grande, consolador y hasta admirable pensar que ¡ya estás con Dios!, ¡ya llegaste a la meta! ¡ya alcanzaste aquello que es lo único importante y por lo que luchamos día a día!… es tan grande eso que realmente me quedo pasmado y alegremente perplejo. Pero como dice mi amigo ¿por qué limitar nosotros la Misericordia de Dios?…

¡Muchas gracias, papá, por todo lo que me has dado en esta vida! ¡Muchas gracias por no solo enseñarme a vivir, sino también enseñarme a morir! ¡Muchas gracias por mostrarme que lo que hemos aprendido y creemos, es tan posible y cercano, por la gracia de Dios! ¡Muchas gracias por haberme hecho tan fácil saber que Dios es Padre! ¡Muchas gracias, viejo, por aquel “pase lo que pase, yo soy tu padre y acá estoy, contá conmigo”! Espontáneo fue el pensar “¡así también es Dios… así también es Dios!” Y gracias por seguir siendo padre en el cielo… Es cierto que te extraño, pero no pasa así cuando celebro la Misa, porque entonces te siento más cerca que nunca, y cuando miro al cielo para rezar la oración que nos enseñó Jesús, me emociona el saber que junto a nuestro Padre también está mi padre…

Y por supuesto, claramente verás ahora que cada “gracias” que te doy, también Se lo doy, y principalmente, a Él, de quien, como me enseñaste, viene todo lo bueno que tenemos, y a Ella, a quien aprendí a conocer y amar más gracias a ese librito, de San Luis María, que recibí de tus manos a los 12 años…

¡¡Te quiero mucho, viejo!! Y en poco tiempo -sea cuanto sea siempre es poco…- ¡nos vemos en el cielo!

Catalina, la ñietita menor, motivo de sus últimas sonrisas

Entre sus hermanas, Catalina, la ñietita menor, motivo de sus últimas sonrisas

Año 1999, yernos ya parte de la flia: Daniela/Fabio; Carina/Carlos

Año 1999, yernos ya parte de la flia: Daniela/Fabio; Carina/Carlos

A la izquierda, Cecilia, que al enterarse de la muerte del "nono" gritó: "¡viva! ¡ya está en el Cielo!

A la izquierda, Cecilia, que al enterarse de la muerte del «nono» gritó: «¡viva! ¡ya está en el Cielo!

36 comentarios:

  1. elicio vergara

    Dios Padre bendiga a vuestro padre, a mi padre, a todos los padres y Gracias a ti padre Gustavo por suscitar el amor y el recuerdo de nuestro papa

  2. Naydu Ordóñez Monsalve

    Padre, no pude contener el llanto
    Mi Papá partió de este mundo cuando tenia 11 años y en tan corto tiempo me dejo Lo Eterno
    El fue quien me enseñó amar mi Santa Iglesia El me enseñó a amar a nuestra Santisima Virgen María a quien aparte de mi vida unos años por escuchar a hermanos separados ( caí en grave pecado al quedarme sola. Una y otra vez Padre por los cuales siento mucho dolor )
    Y lo más importante A creer En Dios

    —-
    PG: tampoco yo pude escribirlo sin llorar, y mucho.
    Hermosos recuerdos de su papá! Es un gran regalo de Dios, que nos ayuda a conocerlo y amarlo más a Él como Padre.
    Y viva la Virgen!

  3. Padre Lombardo no dejó de llorar al leer una y otra vez su carta…mi papi murió de Cáncer 14 días después de que yo cumpliera 50 años en septienbre del 2021. Yo era su princesa, su niña aún ya grande, fue el mejor abuelito, el mejor suegro, el mejor esposo y padre que Dios pudo darnos. Era como usted lo dice la personificación del amor en la tierra…me enseño como el suyo a vivir y a morir, nunca se quejo, y hasta después supimos que aún con sus dolores que nunca nos dijo cuido fiel y abnegada mente a mi mami…tenían 56 años de casados…si le contara haría una carta larguisima por todo el agradecimiento a Dios por darme un papá como el. Se llamo Raúl, cuido a mi mami de Parkinson y ella partió con su amado el año pasado en Julio del 2020 en plena pandemia…hoy sé que están juntos…los siento cerca y en la comunion de los Santos se que están a mi lado…Padre gracias, muchas gracias…ha sido mi mejor momento en estos ejercicios espirituales, ha traído a mi alma el mayor de los CONSUELOS…Me sorprendería mucho que usted leyera mis palabras. Gracias por todo…le llevo en mis oraciones. Me llamo Eileen Calderon de Aguirre, soy de El Salvador CA.

    —–
    PG: hermoso todo lo que comenta, Eileen! Tenemos que dar muchas gracias al Señor por gracias como esa! Ave María y adelante!!

  4. María Coromoto Díaz de Govea

    Es así como se construye el Reino de Dios, engarzando los misterios que son la señal para siempre estar con el amor de Jesús. Dios te amo padre desde antes de nacer , y te regalo los padres que necesitabas para ser lo que Dios tenía preparado para ti. Adelante padre te falta mucho por ser y por hacer.
    Alabado sea Jesucristo y María Inmaculada.

  5. Qué lindo compartirnos esto.
    Por supuesto que estará entre mis rezos 🙏

    ¡Amé su sentido del humor!

  6. Alma Candelaria Zamora

    Padre, no pude leer sin llorar, gracias también recordé a Moi papá!!!

  7. Elizabeth Martinez Palacios

    Gracias Padre Gustavo por compartir algo tan tuyo que me ha arrancado las lágrimas ya que tus palabras escritas a tu padre me evocaron la imagen del mío del que también con su testimonio de vida me enseñó lo que era y es la imagen de Dios y muchas otras que mencionas en tu carta. Dios te bendiga ❤️❤️❤️🙏🙏🙏

  8. Bendito sea Dios por haberme topado con ésta carta, éste testimonio que nos abre la ventana de todo lo bello y tan inconmensurable de la misericordia de Dios!!!!!!
    Gracias Padre Lombardo por ayudarnos en este valle de lágrimas, y no tiene idea cuánto……, A tener la mirada puesta en la Esperanza, con los brazos extendidos a nuestro Padre y Creador.
    Desde Puerto Madryn, Chubut, Argentina

  9. Gran ejemplo de padre!
    Al leer su carta imposible que no salieran algunas lágrimas , gracias por compartir todos esos sentimientos plasmados en estas líneas.
    Gracias! y un ejemplo también para nosotros de cómo vivir y confiar siempre en Dios .
    Ave María! Y adelante !

  10. Padre Lombardo, es un placer conocerlo de hace 2 años que encontré sus vídeos de Ejercicios Espirituales….su carta es tan llena de sentimientos bellos, que me hizo reconocer la falta de expresar emociones hacia mi papá y mamá que ya descansan en paz y difícil no llorar al conocer de la gran humanidad que Dios le ha dotado y la nada de mi ser, tan poco amor que tengo….AVE María y Adelante….att. María César

  11. Padre Gustavo infinitas gracias por tan gran gesto de cariño y fraternidad al compartir algo tan hermoso y bello como es este intimo recuerdo familiar, gracias por compartir esta bella experiencia familiar.
    Sin lugar a dudas su Papi está junto a Dios nuestro Padre..🙏🏻🙏🏻🙏🏻 hermosa frase que usted le dice a su Papá; » haberme hecho tan fácil saber que Dios es Padre «»
    Gracias por impulsarnos a buscar la santidad su paciencia, su enseñanza, todo su esfuerzo, nos anima a seguir, sin lugar a dudas, toda esa enseñanza fue heredada de su santo Padre, por que, sabiendo lo Misericordioso que es nuestro Padre Dios, eso es ahora su Papi, un santo que intercede por usted, por su familia de sangre y espiritual y de paso por nosotros que nos acogemos a su intercesión.
    Cuente con mis oraciones por su Papá que está en el cielo y creo que lo que le pediremos es que él interceda por nosotros pues ya está contemplando a Aquél por el luchamos en esta vida, es decir nuestro Fin último, «El estar con Dios»
    Gracias por su testimonio de Amor a Dios y a nuestra Madre la Virgen Santisima…🙏🏻🙏🏻🙏🏻

  12. No puedo dejar de llorar, y no puedo no intentar ser mejor persona y Cristiana, no puedo no dejar de pensar en la grandeza de las promesas de Dios, en sus maravillas y en lo grandioso que puede llegar a ser sus recompensas.. mi corazón se llena de gozo al leer este testimonio de vida, que me impulsa a dejarlo todo especialmente mi yo, abandonarme y soltar más aún aquello que no me permite sentir su calor parental.. gracias por compartir estás líneas

  13. Ana Mercedes Sierraalta Olivero

    Me siento conmovida por su carta. Yo también perdí a mi padre y fue un día como hoy primer viernes de mes, hace 26 años. Tenía 83 años. Nunca dejaré de recordarlo, trabajó por su familia y la llevó a buen término junto con mamá. Tengo la firme esperanza de que ambos están con Dios.

  14. Muchas gracias Padre Gustavo no pude leer todo pero lo que leí me llegó al alma e inevitablemente extrapolé su dolor al que tantas veces suento recordando a mi Hija y ahora a mi Hno, gracias por compartir su dolor tan humano y su gratitud a Dios, gratitud por haber tenido siempre cerca a su Padre terrenal y gratitud a Jesucristo, Nuestro Padre y Hno Espiritual sosteniendo su Alma para sobrellevar el vacío y retomar el día a dia, sabiendo que en algún momento estaremos todos juntos en Su Reino, Dios y la Virgen Maria lo Bendigan y guien su caminar es este plano, Gracias Padre Gustavo

  15. Martha Ruby Ruiz Holguin

    Hermosa carta que lindo 🤩 morir así .mi padre es bueno con mi madre nos enseñó la fé a su forma pero ahora reducido a una silla de ruedas está grosero pero bueno Dios hará la obra en el ora por el Arturo me encantaría está carta escucharla en un audio con tu voz.Diis te siga bendiciendo y la virgen te acompañe

  16. María Graciela

    Qué lindo está experiencia de paternidad tan agraciada!!! Agradezco tu compartir y comprendo tu orgullo y gratitud !!! Dios es tan claro y amante con nosotros sus criaturas/hijos. Me sumo a tus alabanzas de nuestro Dios amado por estas muestras de sus Gracias!

  17. Mi padre murió hace un mes, y su carta resonó en mi corazón, en medio del dolor por la separación física se que el también ya se encuentra en el cielo, y que desde allá nos sigue cuidando como el padre que fue.✨🙏🕯️

  18. Que grande es mi Dios, hermoso testimonio de verdadera vida en Dios

  19. Mercedes Rivera Sibaja

    Por los frutos lo conoceréis …
    Yo también pienso que estará en el Cielo si santo padre ! Que hermosa enseñanza de vida, logró santificarse en medio de su vida ordinaria , santificando su trabajo y sufriendo con amor y paciencia su enfermedad …
    Mis oraciones le acompañan P. Gustavo. Gracias por su dedicación y ejemplo .

  20. Ignacio Abel Uriburu

    Es difícil el oficio de ser papá porque no existe un manual y todo se va haciendo sobre la marcha. Me alegro padre del buen padre que tuvo. Comparto con él muchas de las miradas expuestas. Aprendí que Dios no sólo es magnánimo sino que además es proveedor y que siguiéndolo recibo a diario lo que necesito para obrar comenzando por Él mismo y la capacidad de entender, discernir y obrar en la verdad y por el bien, tratando en todo de amar y servir. No es fácil la vida, dicen; yo creo que es maravillosa y nos une en una comunión profunda y eterna. Me alegro por sus palabras que hablan de un hombre, de su hijo y de un gran amor. Lo abrazo y ruego a Dios por la felicidad del encuentro.

  21. Lo leo y solo me imagino que hubiera sido , si hubiera conocido a mi Padre….no se que significa tener papá…..marco mi vida , pero no la determinó…..el único padre que tuve, y lo conocí tarde fue a mi DIOS Padre……feliz con ÉL…🙏🙏🙏♥️.

  22. Jolin…., qué hermosa lectura!
    Le quiero, P. Gustavo.
    Qué necesitados estamos de personas de Dios !!!

  23. Mucho para aprender de esta hermosa familia. Gracias P. Gustavo por compartir esta carta escrita con el corazón, con corazón sacerdotal. Mil bendiciones. Si. Con certeza que alguien como su padre está en el Cielo

  24. María Magdalena Morales

    🙏🙏

  25. María Eugenia López

    Que hermosa familia y cuánta gracia de Dios!! Gracia P. Lombardo por compartirnos la intima experiencia de tener un gran y amoroso padre. Así mismo lo experimente yo con el mío de quién me enseñó a vivir esa presencia de un Dios, Padre, amoroso y cercano.
    No dejaron de brotarme lágrimas en toda la carta, que bella descripción. Me sentí totalmente identificada, parecía describir a mi padre y su vida, y como Dios los va podando y santificando hasta pedirles la vida misma, y nosotros somos testigos de esa docilidad para entregarse cada vez más, abrazando su cruz unida a la de Jesús.
    «Toma Señor y recibe cuanto soy y poseo, tu me lo has dado, a ti lo torno, todo es tuyo, dame tu amor y tu gracia que eso me basta», oración que le escuchaba decir a mi papá profundamente desde el corazón. Mi papá murió en 2021 de covid, entubado. Cuánto agradecimiento de tener un padre que nos da atisbos de la grandeza de Dios.
    Es curioso como muchas personas que se fueron santificando en la vida Dios los «pule» los último dos años y medio de su vida hasta la entrega total ¡ Cuánta riqueza hay en nuestra iglesia con la Comunión de los Santos! Para Gloria de Dios!!!
    Muchas gracias P. Gustavo Lombardo 🙏🙏🙏♥️

  26. Pilar López Aparicio

    Muchas gracias por compartir tu experiencia más íntima con tu familia. Que Dios te bendiga también por los EE.

  27. Diana Peregrina Carrizo

    Que hermosas vivencias junto a su padre, que buen espíritu de agradecimiento tiene usted , cómo no sentirse orgulloso de un hijo así?
    aunque le diré que no me sorprende su relato, se dice que por los frutos conoceréis al árbol, pero digo en éste caso que por usted conocemos a sus padres , perdón pero muchas veces pensé en ellos viendo su esencia en sus palabras , me dije «que hermosas personas son los papás del padre Gustavo qué bendición!»
    Gracias por compartir su carta abriendo su corazón, lleno de amor y agradecimiento Dios lo bendiga siempre

  28. Maria Guarneros

    Padre Gustavo. Bendito sea su padre el cual ya goza del cielo.
    Bendito sea por dejar no un hijo sino dos de los cuales ya he recibido regalos espirituales, tuve la gracia de hacer un retiro con la comunidad de Miles Christ y justo allí el señor me dio la gracia de conocer al Padre Claudio y allí creció más mi deseo por los EE, vaya forma de trabajar de nuestro Señor Jesucristo, que ahora me ha concedido esta gracia de hacerlos durante la cuaresma justo guidos por usted , soy una persona muy distraída y olvidadiza y una amiga me hizo notar el parentesco entre usted y el padre Claudio.
    Bendito sea también el vientre de su madre en el cual floreció la vida de ustedes. Gracias por no poner límites a la Evangelización y atravesar fronteras por medio de las redes sociales.
    Me costó mucho trabajo adaptarme a este medio social, porque no son de mi época 🥹, pero con ayuda de Dios,de la virgen Santísima y de esta amiga me fue posible.
    Mi alma desea ardientemente la santidad y ustedes le serán de de mucha ayuda.
    Bendito se Dios!!!
    Ave María y Adelante!!!!

  29. Valeria Santillan

    Gracias Padre por compartir esta bella carta, tan intima y tan hermosa con nosotros, siempre sembrando y evangelizando.
    Bendita sea el alma de su padre y bendita sea la memoria de su vida, que perdura en sus hijos Claudio y Gustavo. Hijos que ayudan a tantas almas al rededor del mundo, en las cuales me incluyo! y a Dios doy gracias!! Por su Padre, por su Madre, por su familia, por su hermano, por usted Padre querido, gracias Señor! 🤍
    La Rioja – Argentina

    P/D. Gracias por su entrega en los ultimos EE.

  30. Franklin Ospina

    Gracias Padre por compartir este reconfortante testimonio. Al leer la carta estuvo presente el recuerdo de mi padre que sufrió su cáncer con la decisión de quien ha puesto toda su fe y esperanza en Dios. Contrario a su Papá el no lucho contra esta enfermedad , ya llevaba pacientemente su cruz de la viudez y el parkinson por varios años, durante su periodo más duro pero de mayor lucha y recuperación de esa primera enfermedad me respondía al como estas hoy Papá con un mejor que ayer pero peor que mañana; entender por que el ya queria partir y no acepto tratamientos invasivos en su cuerpo para el cáncer ya avanzado que desplazo a un segundo lugar sus otras enfermedades, prefiero entenderlo como su acto final de abandono en manos de Dios confiado de su misericordia y padeciendo humildemente sus flaquezas, me dijo confiado que no le temia a morir pero que si al dolor y que habia hecho un trato con Jesús pidiendole que no le enviara dolores fisicos y durante sus dias desde el diagnostico nos decia que no tenia dolor aunque su deterioro fisico si avanzaba muy rápidamente fueron ya no se si 39 o 40 días de padecimiento. Hoy ya no me resulta dificil. También comprendí hoy leyendo su carta que el me ha enseñado a morir, fiel deboto de la divina misericordia murió a las tres de la tarde y creo que ya se le había revelado su hora, una partida tranquila al encuentro del Padre y confío el de mi madre.
    Dios lo siga bendiciendo Padre Gustavo, un abrazo desde Colombia.

    Franklin

  31. Hermosa carta padre Lombardo, qué afortunado fue de tener un papá así, que les dió un gran ejemplo. Me hizo reflexionar lo que estoy transmitiendo a mis hijos. Dios quiera poder seguir el ejemplo de su papá aunque sea en parte. Bendiciones hoy y siempre 🙏🏽🤗

  32. Kika Ramos Dubois

    Mi querido gran Pastor Gustavo no puedo no emocionarme con esta carta a tu padre!!! Seguro tu padre está en el cielo y es tu Ángel que vela y proteje excelente padre en la tierra y ahora muy cerquita de nuestro amado Padre Dios!!! Gran ejemplo y enseñanzas te ha dado a vos y toda la familia y eso transmitís en cada enseñanza y predica que das!!! Gracias Señor por este regalo que nos has dado en el Ministerio Sacerdoral del P Gustavo !!! Dios te siga bendiciendo abundantemente!!! Amén!!!

  33. silvia eugenia Villarroel

    Padrecito. Muy emotiva su carta a su Papito. Muy hermosa. Me llene de tristeza. Porque yo nunca conocí a padre biológico. Seguramente sería una mejor persona. Y hubiera llegado a un buen destino. Pero como usted nos dice. Todo obra para Bien de los que amamos a DIOS. Todo sea para la mayor gloria de Díos. Gracias por compartir sus cosas.

  34. Hermoso, gracias x hacernos parte de su vida, lloramos juntos!!!

  35. Maria Dolores Bojorge Mayorga

    Muchas gracias Padre Gustavo, por compartirnos esta parte de tu vida. Como madre de familia, que Dios me conceda la gracia de poder educar a mis hijos y nietos como tu papá nos dejo ejemplo. Que Dios te bendiga por tanta dedicación. Pidola misma para mi, poner en primer lo mas importante. Dedicarle el resto de mi vida, mientras él me la preste. Un abrazo desde Nicaragua

  36. Eduardo Díaz Navarro

    Padre Gustavo, qué palabras tan bonitas ha escrito, me transporte igualmente a cuando murió mi Padre, hace ya 27 años, personas que nos han dejado un legado de enseñanza y amor a Dios. Gracias por compartir

Deja un comentario