Una Mirada…

Nadie puede dudar que existe el lenguaje de los gestos, que por no ser audible pasa a veces desapercibido – al menos para algunos – pero que de suyo no deja de ser muy expresivo y permite trasmitir cosas que muchas veces las palabras no tienen la capacidad de hacerlo.

Entre ellos quizás el más significativo sea la mirada… ¡cuánto dice una mirada! La expresión de los ojos transmite lo que hay dentro del corazón, y así, puede humillar, herir, avergonzar, hacer titubear; pero si  está llena amor ¡qué bien que hace! Pensemos en un niño que estando solo quizás se aburre o enoja, pero bajo la mirada de su madre se tranquiliza como si lo estuviera acariciando con sus pupilas; o aquel otro que se esfuerza en el deporte porque su papá está en la tribuna, o que se anima a hacer tal o cual cosa solo y mientras el papá lo mire, como si ese mirar fuera una especie de escudo protector.

1374766_729028830457850_1583836580_nNi qué decir de lo que la mirada de un/a enamorado/a puede producir… sobre todo en la juventud, que hasta tiene cierto efecto entontecedor… O entre los esposos; tanto se conocen que con una mirada se dicen infinidad de cosas, hechos “uno solo” por el amor se puede decir que de algún modo se miran en los ojos del otro, la mirada de “la otra mitad” los acompaña durante el día y les da fuerzas para seguir adelante y cuando se ven a sí mismos, se sienten mirados por el ser amado.

¡Cuánto dice y hace una mirada! Mirada radiante alegra el corazón (Prov 15,30), “Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación” (proverbio árabe).

Si esto – ¡y cuánto más! – puede decirse del mirar humano, ¡qué no se dirá del mirar divino! No puede ser igual la vida de quien en algún momento se ha sentido “observado” por Dios. Sí, de un Dios que nos mira constantemente y así también nos juzga, pero sobre todo de un Dios Amor que con su solo mirar nos da el ser y nos lo conserva, es decir nos ama.

Mirada eterna es la mirada de Dios porque desde toda la eternidad nos ha amado; mirada que no juzga por apariencias sino que mira al corazón (cf. 1Sam 16,7); mirada comprensiva porque nadie como Él nos conoce; mirada alentadora, porque por sobre todo desea nuestra perfección; mirada que ve en lo en secreto (Mt 6,18); mirada amplia, ya que tiene presente un sinnúmero de circunstancias que nos rodean. Y por sobre todas las cosas la mirada de Dios es una mirada incondicional, porque incondicional es el amor con el cual nos ama.

No importa lo que hagamos o dejemos de hacer ¡Dios nos ama igual! Por supuesto que quiere que hagamos las cosas bien, que no pequemos, que no lo ofendamos; pero aun revolcándonos en el lodo de nuestras miserias, la mirada de Dios no puede ser otra que la de aquel Padre misericordioso de la parábola que ama, espera, gime y llora por ese hijo descarriado. Papá y mamá nos aman más allá de lo que hagamos o dejemos de hacer… ¡cómo no vamos a decir eso de Dios! Es más, Dios está obligado a amar, porque Dios es amor (1Jn 4,8), esa es su gran debilidad y su mayor fuerza.

Además, la mirada de Dios es atrayente; Él quiere que también lo miremos. Y para que nadie se excuse de no poder contemplarlo, hizo la locura más grande, quiso mirarnos con ojos humanos. En las pupilas divinas de Nuestro Señor está compendiado el amor de todo un Dios. Y si bien es cierto que el Evangelio puntualiza algunas miradas del Señor en que muestra un particular amor, como aquella al joven rico (Mc 10,20) o la que hizo llorar a Pedro luego de negarlo (Lc 22,59), sin embargo es imposible pensar que Jesús alguna vez miró a alguien sin amarlo, y aún en lo más incisivo de su predicación contra los fariseos, repitiendo una y otra vez los punzantes ayes, detrás de esa profunda y reclamadora mirada, brillaba con luz esplendorosa toda la eternidad de su amor.

Aprendamos a vivir sintiendo la mirada enamorada de Dios. Es cierto, somos nada más pecado; es verdad lo hemos ofendido y lo seguimos ofendiendo; pero más allá de todo eso Dios nos mira con infinito amor. Mirémonos con su mirada y nos veremos tal cual somos, tan pequeños pero a su vez tan amados. Miremos al prójimos con su mirada y también con su mirada mirémoslo a Él, que sólo así aprenderemos a contemplarlo. Que su mirada seductora cautive en esta tierra todo nuestro amor, para no tener que separarnos de ella por toda la eternidad, para no derramar una eterna lágrima divina.

Y tanto para mirar a Dios en su infinidad como para contemplarlo encarnado en el rostro de Jesús de Nazaret, no dejemos de invocar e imitar a María quien sea “el modelo insuperable” en la contemplación de Cristo pues “El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial”[1], y bajo cuya maternal mirada también debemos cobijarnos.

 

 

 


[1] Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 10.

17 comentarios:

  1. Maria Raquel Ferreira Gaona

    Sigo agradeciendo por el hermoso y esperanzador material que pusieron en nuestras manos, es tan hermoso!! sentirse amado por Dios y más hermoso e imprescindible es trasmitir esa Misericordia de Dios para cada uno de nosotros, y eso es lo que ustedes están haciendo. Gracias de todo corazón y estoy muy feliz porque uno no puede dar lo que no tiene y ustedes están llenos del Amor de Dios pues es eso lo que se siente en esta página. Un abrazo!

  2. Gracias padre por tan hermosa enseñanza que transmite, y me ayuda a reflexionar y a dejar mis angustias que ha veces son tormentos que el mismo demonio hace de la suya para inquietarme, recordando el pasado. Desde ahora pondré los malos momentos y recuerdos en manos de la misericordia de Dios, y que si los viví porque Dios así lo quiso , esto me ayudo más a buscar de él. en eso estoy clara que no me equivoque busque lo que me confortaba, la eucaristía y la oración. y el reflexionar siempre en su palabra . y esperar en el. mi futuro esa en su divina providencia y mi presente en su amor.

  3. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Muchas gracias, María Raquel! Ojalá estemos algún día llenos del Amor de Dios, o sea vacío de nosotros mismos… Recemos unos por otros por eso!! Ave María y adelante!

  4. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Hermosa su reflexión y propósitos! Bendiciones!!!

  5. En estos días que siento mi pequeño mundo dado vuelta , me hizo mucho bien saber que a pesar de mis miserias Dios me mira con amor . Gracias por tan hermosas palabras . Bendiciones Padre .

  6. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Qué bueno! A Dios gracias! Hay que profundizar en eso… ya que Su amor es infinito!

  7. Simplemente GRACIAS desde lo mas profundo padre Gustavo y padre Jon con sus reflexiones Dios está moldeando mi barro. Y que este nuevo espacio lleve la Buena Nueva a todos los corazones de buena voluntad… Perdón pero me sale decir, los quiero tannnnto… Dios me los fortalezca.

  8. BUENAS TARDES PADRE GUSTAVO, QUE ALEGRÍA SENTIR LA MIRADA DE AMOR INFINITO DE DIOS A TRAVÉS DE SUS PALABRAS. PUES AUNQUE TODA MI VIDA HE SENTIDO ESA PRECISA MIRADA, CON LA GUÍA DE MIS PADRES, HERMANOS Y LA MIRADA AMOROSA DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA.
    ES MARAVILLO VER COMO DESCRIBE USTED ESTE HERMOSO GESTO QUE COMO TODOS LOS DEMÁS DIOS NOS HA REGALADO.

    GRACIAS PADRE GUSTAVO. ME HE QUEDADO ADMIRADA DE SU JUVENTUD DIOS LE DE MUCHOS AÑOS DE VIDA PARA QUE CONTEMOS CON SU AYUDA ESPIRITUAL,YA QUE SU MIRADA Y SU SONRISA ME MUESTRA SU AMOR POR NOSOTROS SUS PRÓJIMOS. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS A DIOS POR DARNOS UN JOVEN SACERDOTE CON OLOR A OVEJA COMO LO HA DICHO SU SANTIDAD EL PAPA FRANCISCO. LA VIRGEN LO ACOMPAÑE. Y ADELANTE QUE DIOS LO ESTA AYUDANDO PARA GUIARNOS A SU DIVINA PRESENCIA.

    AY PADRE ESTO SE ME VOLVIÓ UNA CARTA, NO UN PEQUEÑO COMENTARIO GRACIAS POR SU ATENCIÓN. (LE ESCRIBO EN LETRA MAYÚSCULA FIJA DEBIDO A QUE LA LETRA MINÚSCULA ME DA UN POCO DE DIFICULTAD VERLA BIEN. DIOS LO BENDIGA.

  9. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Marta, muchas gracias por su «carta». Me hace reír… (con todo respeto); no es para tanto… empezando por mi juventud: la foto, que ya tendré que cambiar, (es la que teníamos mas a mano), tiene varios años (es del 2008). Dios la bendiga a ud también!

  10. Me han encantado kas lecturas que nos ha enviado, me ayuda a conocer aún más la importancia de la mirada especialmente la de Dios hacia nosotros, Gracias me ayudan a reflexionar.

  11. FRANCISCA AGUILERA ROSALES

    ES DE GRAN AYUDA Y BENDICION PARA MI FORMACION ESPIRITUAL Y HUMANA, LO COMPARTIRE CON MIS FAMILIARES Y AMIGOS, MUCHAS GRACIAS, QUE DIOS LO BENDIGA SIEMPRE, PADRE.

  12. Gracias por lo que hacés por nosotros.
    Reflexionar, me enseñas ahora que debemos mirarnos desde Dios, así aprendemos a aceptar su voluntad y avergonzarnos de nuestros errores presentes porque sabemos ya que él está ahí. No nos abandona en ningún instante aunque nosotros dejemos de pensar en él, el está incondicionalmente.
    Cuando estaba desolada, sabía que no estaba sola, como si mi vida fuera un reallity de tv, sin saber antes de la biblia, sentía que alguién de arriba me mirada, como si todo era por algo o para algo, sentía un consuelo que no tenía explicación. Siempre creí en Dios, pero no le tenía tan en cuenta cuando lo empecé a buscar… Me doy cuenta de todo ahora, todo es su voluntad, y no sufrí a más de la cuenta porque estuvo siempre conmigo como la virgén María vigilando a su niño.
    Bendiciones padre, que Dios lo bendiga y a los lectores.

  13. P. Gustavo Lombardo, IVE

    Hermoso lo que cuenta, Isabel! Ave María y adelante!

  14. Brisa gonzalez

    Gracias padre gustavo por ayudarnos a tratar de ser mejores con estas hermosas reflexiones.
    Cuánto dice una mirada!!! Y qué pocas veces pensamos en ello!!!

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  17. María Concepción Villamarín Taboada

    Está bien, muy bien; pero se ha quedado en la superficie. Sus palabras debían arder de amor en la pantalla del ordenador, de cualquier manera su escrito me ha estremecido.¡Muchas gracias!

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