Los mártires del Pueyo y una carta que deja huella

Hay lugares que son como tierra santa. Sitios donde, al poner un pie, uno percibe algo distinto, casi invisible, pero real. Lugares donde Dios ha querido dejar una huella especial. Para mí el monasterio del Pueyo es uno de ellos. ¿Qué tiene de especial? Allí vivieron dieciocho religiosos benedictinos –la mayoría sacerdotes–, y durante la persecución religiosa en España en 1936, fueron apresados y martirizados. Su único delito: ser religiosos. Con eso ya alcanzaría para hacer notar que “no es un lugar más”. Pero hay un detalle no menor. En todo altar siempre hay algunas reliquias de santos, pero en…

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